miércoles, 31 de octubre de 2012

internet

A mí no deja de asombrarme. Como casi todo el mundo, soy usuario de Internet; es cierto que un usuario muy básico pero persistente. Todos los días hago varias incursiones, más bien sencillitas: prensa, libros, novedades, YouTube, consultas diversas. Alguna vez, no lo niego -¿por qué iba a hacerlo?-, me aventuro hacia algún puerto remoto e inconfesable. Lo más asombroso para mí de este juguete es lo que tiene de 'pídeme lo que quieras y te lo concederé'. Internet me recuerda a las tentaciones de Jesús, cuando Lucifer le transportó "a lo más encumbrado y, mostrándole todos los reinos del mundo y la gloria de estos, le dijo: Todas estas cosas te daré si, postrándote ante mí, me adoras" (Mateo 4, 1-11). No sé ante quién o quiénes nos hemos postrado, pero lo cierto es que todos los reinos y las glorias de este mundo están al alcance de nuestros ojos y oídos. Todavía no al de nuestro olfato, gusto, tacto... Pero tiempo al tiempo, a pesar de los disparatados recortes en Ciencia y en I + D+ i, entre otros. Bueno, a lo que iba. Eso de llegar y decir: en este momento me apetece, pongamos por caso, el Concierto para violín (Op.14) de Samuel Barber; y vas, lo escribes, lo pinchas y, en unos segundos... aquí está, con Gil Shaham y la London Symphony Orquestra. ¿No es un prodigio maravilloso? O bien, esas tardes en las que solo Billie Holiday nos sirve de consuelo... y escribes en Google su nombre seguido de Solitude o de Moonligth in Vermont. Poco después, la vida y la tarde empiezan a ser ya otra cosa, no sé si mejor o peor pero sí más tolerable. O tienes la curiosidad de saber lo que ocurrirá mañana en el mundo y a qué temperaturas. O conocer los planes cinematográficos de los hermanos Wachowski. O mirar con ojos de mirón las fotos de Greta Garbo durante el rodaje de El velo pintado. 'Pídeme lo que desees y te lo concederé', me dice todos los días Google. A veces trato de ponérselo difícil, pero Mr. Google siempre se las arregla para decirme al punto e voilà!, y ofrecerme un montón de páginas y direcciones donde saciar mi curiosidad o mis vicios... de conocimiento. Hoy podría decirse aquello de 'dime qué buscas en Google y te diré quién eres'. Si buscas sonetos, contactos, dietas de adelgazamiento, carteleras de cine, compañeros de colegio,  minijobs, lugares de encuentros, discos descatalogados, sitios fuera de horario... Si buscas algo de eso, deberías matizar un poco tu búsqueda,  para que la segmentación sea más certera y acorde a tus sueños. Por ejemplo: busco mujer de una belleza singular, cuarenta y pocos años, ojos verdes oceánicos, mirada inteligente, bonita figura, no mal carácter, buena mano para la cocina; una mujer que además baile bien, ame los libros, le guste el martini los domingos al mediodía y ría como nadie cuando baña su cuerpo el vaivén de las olas. Solo es un supuesto. Internet tiene respuestas para millones de millones de ejemplos. Pero entre millones elijo, hoy, miércoles, 31 del 10, 'entre las voces una'. De acuerdo que es solo un enlace, pero, además de escuchar esa canción, miradle a la cara a esa mujer, y en particular a los ojos, más que a la boca hermosa. ¿Y yo que veo en ella a una gitana inmensa de entonces, como Carmen Amaya, como Pastora Pavón (¡esos pendientes grandes, redondos, esa soberanía!), trasplantada a orillas de un río Mississippi o a alguna plantación de tabaco en Virginia o de algodón en Alabama? Qué manera de cantar, y de abrir los ojos sin prisa, y de mirar en calma hacia uno y otro lado, de bajar los párpados y después abrirlos de nuevo. Mirad la sombra de BH al final del clip y veréis en ella algo tan antiguo como una diosa egipcia.
http://www.youtube.com/watch?v=-dX0pdsLVb0&feature=autoplay&list=PL1B48D5975BB15D35&playnext=1

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