jueves, 4 de octubre de 2012

una obra de arte

El gol de Benzema, anoche, en el Amsterdam Arena, fue una obra de arte. Uno de esos goles con los que sueña todo futbolista, incluso todo aficionado al fútbol: un remate 'de chilena' dentro del área que entra 'como un obús' en la portería, diría el cronista, fiel a la tradición de nuestros clásicos. Goles como ése son los que se recuerdan pasado el tiempo. Fue maravilloso. Corría el minuto 47 cuando Marcelo, con el balón cosido a la zurda, penetró por el callejón del diez y largó un pase medido en diagonal, trazando comba a la derecha, que le llegó a Kaká al pie; éste levantó la cabeza y, viendo a Karim tomando posiciones cerca del área chica, le envió un balón templado a media altura de los que comprometen a un rematador: ahí sólo puede hacerse una cosa: calcular al milímetro la velocidad, el tiempo y el espacio, tomar la posición precisa de espaldas al la portería, volcar el cuerpo hacia atrás, apoyar la caída y empalmar un zapatazo seco con el empeine en el ángulo exacto para que en centésimas de segundo el cuero describa una trayectoria geométrica vertiginosa sin que el portero pueda hacer nada por evitar lo inevitable: 0-2. Karim es grande. Es cierto que parece algo frío, indolente a veces, y a menudo vemos que baja la mirada, aunque hacia dentro, como ensimismado... Pero Karim es un artista, como lo fuera van Basten, o como Romario.  No es un nueve a la manera de 'Torpedo' Müller o un matador como Hugo Sánchez. No, no pertenece a esa familia de depredadores. Karim es más elaborado, tiene más que ver con la daga florentina o con el alfanje del sultán que con las toscas armas de los godos. Y además tiene esa cosa, ese don de los ángeles que llamamos swing. Zidane lo tenía en grado sumo.Y Beckenbauer. Y George Best. Laetitia Casta y Marion Cotillard, también lo tienen. Y John Coltrane, por supuesto. Algunos poemas de César Vallejo  tienen un swing que él nunca hubiera sospechado. En el caso de nuestro Benzema, el swing alcanza su clímax en ese cambio suyo de ritmo (como el que poseía Cruyff, aunque no tan espectacular, tan fulgurante) que sólo tienen los grandes, y también en el dibujo sutil que traza su cintura en ciertos quiebros, generalmente hacia dentro, tras un segundo de suspense en el pico del área. Me gustaría seguir escribiendo sobre Karim Benzema, pero el espacio se me acaba. Por cierto, el domingo tenemos gran Duelo en la Alta Sierra: Barça-Madrid. A esta hora, mi hijo Luis estará saliendo de clase, en Periodismo. Le voy a dedicar este post. Es más, se lo estoy dedicando desde antes incluso de empezar a escribirlo. Luis es fútbol. Luis es periodista deportivo desde que aprendió a leer por su cuenta, asociando en el álbum las letras y las sílabas que aparecían bajo los cromos de los jugadores: Su-ker. Ra-ul. Re-don-do. Mi-ja-to-vic. Inevitablemente, me estoy acordando de mi padre, que amaba el fútbol, y que tuvo el privilegio de ver, de presenciar, aquel gol legendario de Di Stéfano en el viejo Zorrilla.
VIDEO: El golazo de chilena de Benzema-Diez.hn


3 comentarios:

  1. Querido Luis, no entiendo ni una palabra de futbol, pero SI. Bss. C.R.

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    1. Tú si que eres todo un artista, consigues emocionarnos a los que no nos gusta nada el fútbol, es más, diría que hacer poesía con ese deporte tan popular es todo un arte, y tú lo consigues. Qué grande.

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  2. Que razón tienes anónimo, pero que me dices hacer poesía de planchar, pues también. C.R.

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