viernes, 5 de octubre de 2012

alegría de vivir

Hace tiempo que vengo pensando en ello. Quien más, quien menos, ha estado alguna vez de visita o tiene o ha tenido algún familiar en una residencia de ancianos. No hay duda de que incluso en el mejor de los casos son sitios tristes, aunque necesarios. Ya decía El Roto en aquella viñeta que "lo peor de la vejez es que llega a muy mala edad". Claro que si se mira la alternativa... Y aquí no puedo por menos que recordar aquella memorable genialidad galaica de Pepiño Blanco: "Estamos mal, pero menos mal que estamos." Eso mismo es aplicable a las residencias de ancianos. Aunque yo echo en falta una variante que, para entendernos, podríamos denominar 'residencias golfas para viejos verdes'. Con libertad de horarios, bar de copas abierto hasta el amanecer, servicio de habitaciones toda la noche (cenas frías, cava, etc), sala de masajes y jacuzzi,  dispensadores de Viagra, Cialis y Levitra a precios de aspirina, máxima tolerancia con el consumo de euforizantes y estupefacientes, canal porno (opcional) en todas las habitaciones... En fin, ya que la vejez es amarga, sería razonable y muy humano ofrecer una alternativa que permita endulzarla en la medida de lo posible. Usted tiene dos opciones, nos diría el doctor, la primera consiste en  pasarse aquí aproximadamente siete largos años cenando pescadilla hervida templada y acostándose un día y otro con el vaso de agua y el orfidal  en la mesilla durante el telediario de las 21 horas... O bien acogerse a la otra opción: disfrutaría como mínimo de dos años y medio por todo lo alto, con buenos vinos asegurados, comidas espléndidas, deliciosos postres de tiramisú, masajistas diplomados/as, martinis a las hora del Martini, azafatas/os complacientes, juergas a la medida con fármacos ad hoc, humoristas en vivo todas las tardes de domingo, 'escapadas' nocturnas (clubs de carretera incluidos), partidas de póker hasta el amanecer, piscina climatizada, masaje tántrico... con final feliz. El dolor quedaría abolido, y la tristeza más allá de lo tolerable... también. Por supuesto que esas residencias no se llamarían 'Dulce Ocaso', ni 'Residencial Verdes Praderas', ni nada de eso, sino 'Pasapoga', 'Copacabana', 'Beach Boys For Ever', 'Sex Pistols House', 'Villa Viciosa'. Estoy convencido de que muchos se lo pensarían seriamente, o al menos lo tomarían en consideración. Con estas cosas nunca se sabe, pero yo me inscribiría ya mismo en lista de espera, que luego se producen los atascos, los recortes, los porteros bordes que no dejan entrar... Quita, quita. Hombre prevenido...

2 comentarios:

  1. Me apunto a esa lista de espera, pero con todo, todito. Buen finde. C.R.

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  2. Vivir en una residencia, no significa necesariamente que se lleve una vida rutinaria, insulta y "pulcra" en todas las acepciones que se te ocurran... Sin ir más lejos, el atasco más gigantesco de cañerías que he conocido fue en una residencia de mayores (pública), debido a la masiva cantidad de preservativos que se tiraban por los wc. Y no te sonrías... que tiene su porqué...

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