viernes, 30 de marzo de 2012

swing

Hoy es uno de esos viernes al mediodía en que por momentos diríase que el mundo estuviera bien hecho. Un viernes que más parece un jueves de Corpus Christi a la hora del ángelus, donde una luz bendecida cae sobre las plantas, los libros, la mesa, la taza de café. Visto así, me entran ganas de sentirme monje -un fray Luis cualquiera- en algún cuadro de Zurbarán. La santidad es muy tentadora, ay de mí. Por eso mismo, y para rebajar el exceso de ascética, he puesto un disco profano y más pegado a las cosas amables de este mundo: Swing in the films of Woody Allen. Y para empezar está sonando un tema de lo más luminoso y evocador de un París en primavera y unos ojos inmensos y unos andares cadenciosos, musicales, eurítmicos... Por si alguien lo dudaba -cosa improbable-, me estoy refiriendo a los ojos y los andares de Marion Cotillard en Midnigth in Paris. A continuación vienen otros veinte temas de películas -Hanna y sus hermanas, Radio Days, Stardust, September, Celebrity, etc- que parecen pensados para hacer la vida más grata, el mediodía más luminoso, el viernes 30 más asequible a un poco de felicidad. Sin alardes, por supuesto, no vaya a parecer que hemos perdido la cabeza, que estamos tontos de remate, locos de atar, alborotados por un amor primaveral que nos lleva quién sabe dónde. A mí el swing, este swing de clarinetes y ganas de vivir (y de contar lo bello que es vivir, aunque tan breve), me lleva a servirme una copa de vino y pensar (o permitir que el pensamiento discurra sin obstáculos) cosas tales como que hasta no hace mucho yo aspiraba a gustar más; pero ha pasado el tiempo, y ahora, ya mediados los cincuenta, las cosas han cambiado sutilmente: ahora 'sólo' aspiro a que me quieran más. Y a veces tengo la ensoñación de estar a punto de conseguirlo. Vamos, que no todo está perdido ni todo es necesariamente cochambroso. De acuerdo que hay cosas (muchas; no hay más que echar un vistazo) de las que mejor ni hablar; pero también hay mañanas como esta, amigas que le escriben a uno, músicas como la que ahora mismo está sonando (Lester Young & Oscar Peterson), obras de arte como el gol del otro día de Benzema. En fin, que hay momentos en que ser medianamente felices parece una provocación, un cierto escándalo. Pero, bueno, ya puestos..., escandalicemos, y saquemos la lengua a los que siempre están dispuestos a escandalizarse. Dejémoslo ahí. Entre luces y músicas, me he distraído y se me ha hecho tarde.

2 comentarios:

  1. Querido Luis, creo claramente que puedes gustar más y sin duda se te quiere mucho más, conseguirlo seguro no es una ensoñación, es real. Besos. C.R.

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  2. Hace 16 años hoy, llovía y la música era de flauta irlandesa pero bien podría haber sido un clarinete y haber desbordado con un swing el Sí que di - y que hoy sigue siendo. Este post ha sido un gran regalo, copy, un millón de gracias.

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