viernes, 9 de marzo de 2012

louis vuitton express

Qué lujo y cuánto glamour en el desfile de Louis Vuitton en París. En síntesis: una carpa en el patio del Louvre reproduce una estación de ferrocarril a principios del siglo XX. A las 10 de la mañana -hora prevista para el desfile- una locomotora y un vagón hacen su entrada en la estación. Del tren empiezan a descender las elegantes viajeras / modelos, al estilo Orient Express años 20. Junto a ellas -todas esbeltas y arrogantes, misteriosas-, los mozos de estación se ocupan de llevar los bolsos de viaje de la firma. Viendo las fotos del reportaje, intuyo que en cada una de esas bellas mujeres hay un relato no escrito. Un secreto. Una pasión. Una huida de algo o una búsqueda de alguien... que debería estar a esa hora en la estación, pero que quizá se haya equivocado (aunque por poco) de tren, de hora, de día, de mujer, de bolso (el bolso sería la contraseña acordada). Son las 10.14 h. y todas las posibles historias de esas mujeres están aún abiertas: sus destinos van a cumplirse (o no) en cuestión de minutos, de páginas, de azares, de cosas que van a ocurrir... o que pueden hacerlo. En algún caso, la felicidad dependerá de que unos papeles o visados estén o no en regla. Dos andenes más allá y tres capítulos más adelante sabremos si una de las viajeras llegará a encontrarse con su hijito secreto en una granja de Alsacia o... acabará cayendo en el opio, la absenta y la prostitución. Pero también está quien, mientras avanza con andares elásticos y decididos, puede perderlo todo a una carta, a un número de la ruleta, al final del relato y del viaje a Biarritz. Otras tendrán más suerte. Estoy viendo a una en las fotos que lo reúne todo para acabar siendo duquesa consorte, con primaveras en Como y veraneos en Deauville. Alguna, con buen corazón y mala cabeza, está a pocas páginas de enloquecer por un mozo de estación napolitano, tan bien dotado como simpático, mujeriego y vividor. La que aparece de espaldas en la foto, está claro que es o va a ser muy pronto agente doble. Y que va a llevar doble vida. De las restantes, una de ellas  va a conocer a Scott Fitzgeralg y a Zelda, y juntos van a beber, fumar, reír..., y al amanecer -en alguna página en blanco entre dos capítulos de Suave es la noche- acabarán formando un trío de muchos placeres. También hay una viajera que podría tener un papelito en la próxima temporada de Downton Abbey. Por último, he reconocido en el andén a la joven que, casualmente, paseando sin rumbo por la ciudad, va a coincidir con el protagonista de Midnight in Paris. Y es que, como es sabido, todo es posible en Louis Vuitton. El expreso Louis Vuitton | Fotogalería | Cultura | EL PAÍS

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