miércoles, 16 de marzo de 2011

zona de sombra

En el post del pasado martes acabé hablando de esos mails, ya sean enviados o recibidos, que condenamos a la no existencia: "eliminados". En ello hay una seria determinación de hacer desaparecer un documento, un testimonio, algo, lo que sea. No se trata de la (revisable) papelera de reciclaje. No, qué coño. Es más bien la vieja carta hecha pedacitos que luego arrojamos al fuego y nos cercioramos de que no queda ni rastro de ella, de su comprometedor contenido. Al pinchar en "eliminar" sentimos una sensación de alivio, de ligereza tras habernos quitado un peso de encima. Aquello que constituía una acusación en toda regla, la prueba, el cuerpo del delito, pues resulta que ya no existe, no es, no-ha-sido-nunca. Caso resuelto. Crimen perfecto. Pero... hmmmm. Demasiado fácil, pensaría el detective. Para mí, que soy casi analfabeto en la materia, la pregunta del millón es: ¿los correos "eliminados" van a parar a algún sitio, a algún fondeadero remoto, donde puedan ser reconstruidos y revisados? El juez, la policía, los servicios de inteligencia..., yo qué sé, podrían tener acceso a esas acusadoras pruebas supuestamente eliminadas? Dobles contabilidades, secretas cajas negras, crímenes sin resolver, pecados inconfesables... Y si todo eso (la parte sumergida del iceberg) saliese de pronto a la luz, ¿seríamos realmente mejores y más felices? Yo intuyo a ciegas que no. Me temo que la plena transparencia, tan prestigiada, y la justicia plena nos harían a todos más desgraciados. Si no existe una pequeña zona de sombra, si no hay la menor posibilidad de acogerse a sagrado o a excepcionales paraísos de conciencia donde ciertos delitos no sean examinables ni estén sujetos a acuerdo ninguno de extradición, si eso no fuese así, ¡ay de nosotros! Y ay de mí, pecador de las praderas, y de los ríos, y de los montes, y de las ciudades, y de los sueños... Claro que, como decía Cernuda: "¿quién gobierna en el reino de los sueños?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario