lunes, 14 de marzo de 2011

lunes de Morente y Caracol

A veces recibe uno encargos sorprendentes. El último trabajo freelance me llegó en las tranquilas horas de la tarde del sábado. La calma se había apoderado de la casa. A mi alrededor sonaba un apacible oratorio de Boccherini mientras yo leía y releía algunas reflexiones de Ferlosio. Me hallaba enmimismado, meditando sobre uno de esos "pecios" ferlosianos cuando, de pronto, aparece mi mujer con un encargo que me deja estupefacto: "tienes que buscarme el significado de estas tres palabras: carminativo, eupéptico y galactógeno." Así, como suena. Durante unos segundos quedó interrumpido (no sé si realmente o solo en mi percepción auditiva) el oratorio de Boccherini. En ese lapso se abrió un paréntesis de luz y sonido y... digamos que se lentificó el tiempo. Esas tres palabras se quedaron orbitando como tres asteroides en mi cerebro obnubilado. Por momentos creí ver en ellas una sugerencia de narcosis y paraísos artificiales. A la velocidad de la luz intuí a Baudelaire, a Rimbaud en su barco ebrio, a Thomas de Quincey en sus opiomanías... Carminativo, eupéptico y sobre todo galactógeno me llevaban muuuy lejos, más allá de Orión, a un mundo de ensoñaciones y de orgías tridimensionales, donde el elixir paregórico y el peyote mexicano nos transportaban (a mi mujer y a mi, entre otros) a inusitados paraísos de azules fumarolas y placeres (y pecados) nunca vistos, ni siquiera en sueños. ¡Oh, qué momento de pasmo galactógeno, música interrumpida, boca entreabierta! Por un instante, lo confieso, creí posibles ciertas fantasías que... no tienen cabida en este blog. Ni casi en ningún blog. A pesar de todo, el post de hoy se puede perdonar. Es lunes. Han dado lluvias en la radio. Libia va mal. Japón, en los telediarios del fin de semana, hace que mis hijos se queden en silencio... ¿Qué decir? ¿Ponemos un disco? ¿Dejamos que la seguiriya, o la soleá, o la malagueña de Chacón, cantada por Morente, nos quite el sentido y nos mate a los dos?

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