martes, 22 de mayo de 2012

señor, dame paciencia

Mal tienen que estar las cosas para que un hombre como yo se sienta tan indignado, tan cabreado. Y digo esto porque aquí, el que suscribe, es alguien que por naturaleza tiende a la conformidad y al buen humor, y al que rara vez un enfado le dura más de cinco minutos. Sí, este que veis a la derecha del texto, en un retrato de perfil que no envejece, es un individuo muy dotado para algunas cosas -ocio, placeres, juegos, bromas, risas, divertimentos, complacencias, bienestar general- pero con unas limitaciones muy serias en la otra cara de la moneda: le pones una pistola en la mano delante de Hitler, Stalin y Pol Pot , y, en lugar de apretar el gatillo 'como Dios manda' para evitar millones de muertos y de horrores, ¿qué hace?, pues acaba hablando con ellos (aunque sea por gestos) para echarles una buena reprimenda y tratar de convencerlos de que la vida es bella y todo ser humano tiene el derecho y hasta la obligación de ser libre y feliz y amar la belleza del mundo. Algo así. Con estas mimbres... es muy difícil hacer justicia y cortar cabezas. Y dicho esto, cada día, desde primera hora de la mañana, encuentro poderosas razones -no las busco: me salen al paso en los informativos- que justificarían sobradamente hacer realidad la bravata furiosa de Valle-Inclán que ya he traído aquí no hace mucho: instalar todos los lunes la 'guillotina eléctrica' en la Puerta del Sol. Bien. Seamos razonables y dejemos esa guillotina en una pura metáfora. Vamos a ver. Yo puedo entenderlo todo, o casi todo, incluso puedo llegar a perdonar los pecados más abyectos, que al fin y al cabo están en la naturaleza humana. Lo que llevo fatal es el sistemático no rendir cuentas de nada y a nadie; y no exigirlas; y que los sátrapas que arruinan bancos, cajas de ahorro, empresas, familias... se lleven por ello (¡por haberlas arruinado!) unas indemnizaciones fabulosas, unos retiros de ensueño, unos planes de pensiones que solo con imaginar la vida que van a regalarse esos tipos... produce vértigo. Y algo más que vértigo.Todo este estado de cosas es como para acudir al coach de mi amiga Nx, o a la consulta del psicólogo/a (Mely, querida, dame hora, y una sonrisa tuya si es posible), o al confesonario de alguna iglesia sombría, para ser absuelto del pecado horrendo que aún no he cometido, pero que, si nadie lo remedia, voy a cometer cualquier día de estos. Todo ello se resume en un chiste que a mis hijos les hace reír con la risa que más me gusta del mundo: "Señor, dame paciencia.... ¡¡¡Pero dámela ya!!!"

1 comentario:

  1. Querido Luis, amén a la primera parte de tu definición personal, te veo con toda claridad, y en la segunda parte haces honor a la definición de tus características de la primera, conformidad y buen humor, creo sinceramente que eres bueno, muy bueno, yo digo que TODA la clase política y cargos que se enriquecen a base de que otros se empobrezcan, que pierden hasta su dignidad, sin piedad, todos al destierro, a la cárcel y que les devuelvan a todos y cada uno lo robado, sí, lo robado.
    El blog de ayer, bueno, buenísimo y la música mi preferida; gracias por el disfrute. Besos. C.R.

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