martes, 8 de mayo de 2012

de la belleza antigua

Patíbulos, laberintos, cadenas, engranajes... Viendo ese audiovisual construido en 3D con los grabados de las Carceri d'Invenzione de Piranesime vino a la memoria un verso muy conocido y muy sombrío: "de tu mirada emerge a veces la costa del espanto." Esas cárceles imaginarias son más prisiones para el espíritu que otra cosa: pesadillas para las noches de insomnio, tormentos y castigos del alma. Y sin embargo hay belleza en ello. Aunque sea una belleza tenebrosa, como la de la musa baudeleriana, "ma belle ténébreuse." La Suite para cello Nº 2 de Bach, que suena de continuo en el audiovisual, nunca como ahora me pareció tan serena, y a la vez tan impasible, tan estremecedora. Las dimensiones de esas carceri son las dimensiones del infierno. O si se prefiere, del Inferno. Allí moran las almas del 'divino marqués' de Sade, del Conde Drácula, de Mister Hyde, del Doktor Faust, de César y Lucrecia Borgia (una sola y misma alma), de Victor Frankenstein, de Howard Phillips Lovecraft, de Rimbaud, de Lewis Carrol (por haber imaginado todo aquello), de Jeanne Duval, la 'mala musa', de Sacher-Masoch, de Salomé, la princesa bellísima y cruel, hija de Herodes Filipo y de Herodías, hijastra de Herodes Antipas..., así como, entre otros, de algunos ángeles muy bellos caídos en desgracia. Almas atormentadas. Quizá el 'transgénero' Antony Hegarty (Antony & The Jonhsons) pondría hoy banda sonora a esas prisiones del alma. ¡Salmos, salmos! ¡Salmo es el Señor, Dios del universo! Ante tanto dolor o pesadilla sólo caben salmos; es decir, apelaciones, lamentaciones, maldiciones: oh misero de mí, oh abandonado, triste, sin ventura, sin sueño. Cierro los ojos y me dejo llevar por  las Suites para cello de Bach que ahora suenan -Fourier maravilloso- en este mediodía que va a desvanecerse para nadie. Pienso de nuevo en le carceri: tormento, escarnio, abominación. Pero hay algo en esas pesadillas que yo anoté apresuradamente: "son arquitecturas que exhiben la imposibilidad de existir fuera de la invención, fuera del pensamiento en que el artista las ha labrado, puesto que, paradójicamente, lo único que esas cárceles aprisionan es el infinito." Tras hacer todo el recorrido, vuelvo al principio de la exposición: templos, escalinatas, balaustradas, sepulcros, mausoleos, pedestales... O dicho de otro modo, en verso de Carducci: "un vano desiderio della belleza antica."  Piranesi: Carceri d'invenzione - YouTube,

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