viernes, 10 de junio de 2011

la película

¿Quién hará la película?, me preguntaba yo hoy, de buena mañana, mientras caminaba por el parque. ¿Quién será el guionista? ¿Quién tendrá el valor y algo más de ponerse detrás de la cámara? ¿Qué actor daría el papel? No es fácil. Un hombre con tantas caras, tantas lenguas, tantos nombres, tantas vidas... es complicado llevarlo al cine. Su biografía es tan sumamente cinematográfica, diría incluso que tan exageradamente cinematográfica, que resultaría excesiva, poco verosímil. ¿Quién podría creerse que realmente existió un hombre capaz de vivir todo eso? Nadie se creería a un personaje que en la vida real hubiera sido maquisard de la Resistencia a los 18 años, torturado por los nazis, internado en un campo de concentración donde salva la vida in extremis porque toma la identidad de un agonizante; alguien que con 22 años acude junto a otros a liberar con las armas en la mano ese mismo campo de concentración. No contento con ello, se convierte en activista político clandestino que se se juega la vida, otra vez, entrando y saliendo de la España de los tiempos duros con un montón de identidades falsas, de pseudónimos, de supuestas actividades inexistentes. Como premio a su impagable y heroica labor, es expulsado del Partido. Tenemos pues el reto de llevar a la pantalla la trepidante vida casi inverosímil de un hombre de acción. El problema se complica más aún cuando resulta que ese hombre de acción también lo es de reflexión: alguien que escribe. Y no cualquier cosa: varios de sus numerosos y necesarios libros van a quedar en la historia de la literatura del siglo XX. Pero eso no es todo. Para complicar más todavía el trabajo del guionista, nuestro personaje ha escrito no menos de una docena de guiones, dando lugar algunos de ellos a obras maestras del cine. Que luego fuera ministro, polemista incansable, europeísta vocacional y no sé cuántas cosas más... todo eso ya casi da lo mismo, y además no cabe en el guión, tan saturado, ni en el metraje de esa película que está por hacerse. Para que la cosa funcione, habría que convertir al hombre de verdad en personaje de ficción. Estamos pues ante lo que suele llamarse "una historia más grande que la vida."

1 comentario:

  1. Si, una vez más estamos de acuerdo, es GRANDE Y UNICO. Besos C. Rondero

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