viernes, 3 de junio de 2011

la biblioteca blanca

Durante un mes, La biblioteca blanca, de Jesús Capa, ha estado habitable en una sala de instalaciones en Valladolid. Con sus 16 metros de eslora, los rascacielos de libros, las avenidas, los edificios públicos, han convivido con las miradas de los viajeros que llegaban a ella. La iluminación urbana cambiaba de continuo. Bastaba desplazarse unos metros más allá, o alterar el punto de vista 50, 70, 90 cms. más abajo para que todo adquiriera otra perspectiva, otra lectura. Estando allí, sentí la tentación de poner nombres (títulos) a las calles, a  los edificios más notables. Desde luego, Archivos y Registros Kafka, Biblioteca Borges, Distrito John Dos Pasos, Perspectiva Suprematista, Librería Paul Auster, Cine Ortega, Avenida 15 de Mayo, Marcel Duchamp Museum, Glass Auditorium, Pasaje Gutiérrez, Teatro Juan Muñoz, Filmoteca Friz Lang... Pero en la madrugada del pasado domingo empezaron a llegar los trailers y los operarios (parecían de Fahrenheit 451) encargados de desmontar la ciudad, deconstruir novelas, borrar historias, meter en contenedores todo lo construido, lo urbanizado, lo encuadernado. Miles y miles de libros, millones de palabras, rascacielos, deseos, azoteas, susurros, gritos en la noche, ventanas abiertas... Pues bien, en la oscuridad de esos contenedores, de esas cajas numeradas y almacenadas, se está cometiendo un crimen. Por favor, que las autoridades permitan el paso a los detectives. Es posible que Carson McCullers tenga algo que decir o escribir acerca de todo esto. No sé, quizá fuera conveniente reabrir el caso, recomponer la instalación, restablecer el tráfico rodado en las calles, el alumbrado eléctrico, la numeración de los capítulos y de las páginas, la voz del narrador, la vida misma... que en este momento se encuentra sometida a la camisa de fuerza del silencio, a la crueldad de estar condenada a no-poder-salir-de caja. En fin, quienes puedan hacerlo -el alcaide, el ayudante del fiscal, el sindicato de artistas, el gobernador del estado de Massachusetts- ¡que hagan algo, por Dios! Saquen ya de esas cajas de concentración los edificios habitados, las estanterías, las bicicletas, los parques, las mesas de las terrazas, la sección de poesía, las copas de martini, los besos interrumpidos, las llamadas telefónicas que se han quedado sin cobertura... Hagan lo que sea para que esos miles de libros ("cartas, folios, periódicos, cuadernos") nevados con polvo de mármol lleguen donde deberían llegar: a Bremen, a Santa María deOnetti, a Manhattan Transfer, a Madrid, a Dry River City, a Berlin Alexanderplatz... ¡Háganlo, por favor! Pero háganlo ya.  http://www.elnortedecastilla.es/multimedia/fotos/ultimos/76668-jesus-capa-expone-biblioteca-blanca-valladolid-1.html                

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