miércoles, 26 de septiembre de 2012

every time we say googbye

Miro a mi alrededor, leo los titulares de prensa, veo las fotogalerías de este 26 S y me entran ganas de mirar hacia otro lado. Hacia el lado cínico de las cosas, también conocido como la cara amable de la actualidad. Mejor así, porque si digo lo que pienso, lo que me parece todo esto, podría herir la sensibilidad de más de un lector de este blog. Sigo el sabio consejo de Ambrose Bierce -tan maravillosamente imprudente al final de su vida-: "Habla cuando estés enfadado y harás el mejor discurso que tengas que lamentar." No sé si lo digo con la boca pequeña o con el firme propósito de no ser un bocazas, pero, sí, quiero ser prudente. Para ello tengo que disimular mi enfado, casi que mi ira, y no mirar esas fotos, esa pornografía que desde la pantalla del ordenador entra por los ojos y agrede y ensucia este limpio espacio que yo procuro mantener a salvo de inmundicias y de malas babas. A nadie le sorprenderá si digo que disfruto mucho, acaso demasiado, con la mirada; pero también es cierto que hay ocasiones en que mirar duele. No es preciso ser más explícito y poner ejemplos; hoy basta con hacer clic en 'fotogalería'. ¿Qué está pasando? ¿Qué nos está pasando? Desde luego, nada bueno. Que a un tipo como yo -algo frívolo, risueño, hedonista- le duela la mirada... no es buena señal. No lo es. ¡Oooh, qué maravilla! ¡Qué oportuna maravilla! Yo soy agnóstico o austrohúngaro y no creo en cosas raras, pero tengo comprobado que el "seguro azar" del poeta acude en mi ayuda casi siempre que lo necesito. Acaba de entrar en la estancia limpia de este mediodía luminoso el corte 3 de este clásico de John Coltrane que siempre me alegra la vida, me limpia los ojos y me hace pensar en días mejores: Dear Lord. A ver si lo digo de un modo discreto que a nadie ofenda y todos puedan dar por bueno: Dear Lord es al jazz lo que la belleza al enamorado, lo que la noche al insomne, lo que Marlene a Dietrich. Creo que lo estoy consiguiendo: no minimizo, no permito que aparezca en pantalla el peor porno sucio del día. Es posible que esta tarde vaya a tomar un martini al Palace o al Ritz, y luego, a la salida, me arme de valor y  trate de conversar con esos policías que a buen seguro tienen problemas a fin de mes con sus cuentas corrientes, el colegio de sus hijos, las cosas que les dicen sus mujeres... Si yo fuera actor, me gustaría hacer el papel de esa guapa mujer casada con un poli honesto. Huyendo de alguna pequeña cosa, me he ido liando de tal modo que a ver cómo explico que ese  Dear Lord de Coltrane me  recuerda no poco un temazo que nunca olvido: Every time we say goodbye. Y ese título me parece tan bueno que ganas me dan de mirar hacia otro lado, hacia ti, hacia nosotros, cada vez que nos dicen 'goodbye'. Es un tema bellísimo. Es John Coltrane.

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