martes, 31 de julio de 2012

se está bien aquí

Tengo tan incorporada la dinámica de este blog a mi vida diaria que no sé cómo voy a sobrellevar el periodo de abstinencia durante el mes de agosto. Y es que la dosis de un post diario acaba convirtiéndose en algo muy adictivo, tanto como pueda ser para algunos la visita semanal al psicoanalista, o el café solo, doble y bien cargado para empezar el día, o la pastilla de orfidal cada noche para conciliar el sueño. Pero soy consciente de que debo dar descanso a los lectores, concederles (y concederme yo mismo) una tregua de cuatro semanas. Por cierto, el número de lectores que entran a diario y visitan nuestro bar se ha duplicado en los dos o tres últimos meses. Es algo así como dar una miniconferencia cada día y comprobar una y otra vez que hay en torno a cien personas escuchándote diariamente. No está nada mal.Y ello sin ninguna publicidad ni formar parte de ningún soporte más amplio. De cara a la nueva temporada, tengo que pensar qué cambios introduzco, tanto formales como estratégicos. ¿Qué hacer? ¿Altero la distribución, sustituyo el decorado, pinto las paredes de otro color, pongo otra luz? Es más: dudo si mantener el nombre original, diario de un copy en crisis. Hace tiempo que dejé de ser un copy en crisis para pasar a la categoría de 'copy en paro', y ahora ya... apenas me siento copy, después de casi 30 años de serlo, dicho sea esto sin el menor atisbo de acritud. Entonces, si no soy copy, ¿qué soy ahora, doctor? "Vos sos algo muy moderno, muy minimalista, sos un... un microwriter que escribe un blog. Un blog chiquito, sí, pero lindo, ¿viste?" Y continúa: "Está bien, sha no hasés spots o audiovisuales... pero lo que vos hasés ahora es casi lo mismo, solo que diferente: ahora escribís ¡neurometrajes! ¿Me entendés?" Yo asiento desde el diván, claro, pero no, no termino de entender del todo. Luego me dirá en perfecto argentino persuasivo que debo "monetarizar" mi blog. ¿Cómo? Permitiendo en él los banners, la publicidad... y promoviendo un be to be por el cual cada lector traiga a este blog, como mínimo, un nuevo visitante a prueba, a cata y a prueba. Y si le gusta, se queda hasta más ver. Así es como se hacen las clientelas. Y las grandes fortunas. Esas a las que no mete mano ni dios. Punto y aparte. Puesto que hoy no tengo tiempo ni espacio para despedirme comme il faut, mañana me haré el distraído y le robaré un post en blanco al 1 de agosto. Ya sabéis que para mí -y para algunos millones de personas mejores que yo- la educación, la buena educación, es lo primero.

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