viernes, 13 de julio de 2012

intercambios

Hay que hacer virguerías para no hablar de política y crisis (más allá de los diez minutos reglamentarios) y evitar así que toda esa viscosidad nos ensucie la boca y nos eche a perder la conversación. De entrada, dejamos bien claro nuestro enfado y desacuerdo, incluso nuestra indignación con ciertas cosas y comportamientos, luego nos desahogamos con unos sarcasmos adecuados y, si somos suficientemente inteligentes, damos un corte de mangas con mucho estilo a esta política nuestra y a esta crisis; acto seguido, aprovechando que el vino es excelente, empezamos a conversar de lo divino y de lo humano. Y además la noche está estrellada y la temperatura es perfecta. Conchita recuerda el color de la luz de África en el Masái Mara. Gonzalo evoca el clasicismo de un western como Raíces profundas, de George Stevens. La bella Raquel se muestra impresionada por la exposición de Rafael en el Prado. Yo debo responder a la pregunta de por qué considero que Drácula es un personaje extremadamente romántico. Patricia me recomienda vivamente la exposición de Edward Hopper en el Thyssen. Nieves me va a dejar la última novela de Daniel Glattauer, Siempre tuyo. A su vez, Conchita me ha prestado la película Rembrandt, de Alexander Korda, protagonizada por el gran Charles Laughton. Gonzalo descorcha una segunda botella de crianza y me recomienda el blog de su sobrino (profesor de matemáticas en la Complutense): conpermisodelareina.com. La próxima vez tendré que corresponder con algo que no desmerezca demasiado en este vaivén de trueques e intercambios con el que tratamos de hacernos la vida más agradable, las cenas de verano más gustosas, las conversaciones más amenas, incluso divertidas. Y todo ello, a pesar de los pesares, de los que mejor no hablar aquí y ahora. Por cierto, y dando un giro al post, hoy he leído en el periódico -en las páginas de Madrid- algo que me ha llamado la atención: "El hotel Conde Duque monta una Olvidoteca con los libros abandonados por los huéspedes". Olvido y abandono son distintas vías que conducen, quizá, al mismo sitio. Si reutilizamos y reciclamos, ¿por qué no desolvidar o recuperar lo abandonado para volver a vivirlo... de otro modo? Buen finde. 

1 comentario:

  1. Un placer la cena y que socialices tu magistral multicultura. C.R.

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