miércoles, 4 de abril de 2012

escapada

Hay una campaña de las aerolíneas EasyJet que dice: "Un viaje es para siempre. ¿Nos vamos?" Y se ve a una pareja consultando un mapa o algo así. El viaje siempre es tentador, y más en estos días en que la primavera despierta en medio mundo. ¡Si yo pudiera secuestrar a la mujer que más me gusta y escaparme con ella a Marienbad o a la Gran Manzana sin que nadie sepa nuestro paradero! Pero ella es de una sensatez incorregible, y no hay modo de que deje de serlo por una semana de pasión. Sin mucha fe, especulo con la idea de escaparme yo solo a un lugar desconocido y exótico, como quien huye de su destino. Y allí hacerme pasar por otro: un falsificador de arte, un acompañante asiduo de señoras mayores enjoyadas, un croupier con pésima reputación, vetado en los casinos de Europa... Algo así. Me veo como el James Mason de Operación Cicerón al final de la película. O sea, un tipo elegante pero deplorable; aunque todo falso, claro, y sólo por unos días. Escapar es algo a la vez tentador y vertiginoso. Escapar de la justicia, escapar del castigo, escapar de la rutina, escaparse uno de las obligaciones. Recuerdo cuando el bravo Iturralde se escapó de casa y del colegio de los maristas (en 2º de bachillerato, el de entonces; teníamos 12 o 13 años) y durante varios días permaneció 'prófugo'. Circularon todo tipo de rumores en el patio y en las aulas. Y qué inocultable admiración sentimos todos hacia él, y qué secreta envidia. Cuando, pasados unos días, Iturralde volvió al colegio, le recibimos como lo que era: nuestro héroe. Nos contó con voz viril -él ya fumaba como un hombre- que había estado con un amigo maletilla toreando de noche, en secreto, por las dehesas del campo de Salamanca. Así, tal cual. No podía haber encontrado nada más evocador, legendario y romántico. Y además todo ello envuelto en esa cosa embriagadora que tiene la clandestinidad. Iturralde nos volvió a todos medio toreros, medio poetas (sin saberlo) de la rebeldía, de la escapada... Y quizá de ahí me venga este anhelo insatisfecho de escapar de no sé qué con rumbo a quién sabe dónde. Bueno, todo esto ha sido un circunloquio, un rodeo para anunciar que a partir de hoy le concedo vacaciones al blog hasta la semana que viene. De todos modos, os tendré presentes en mis oraciones, allá en la ascética Tierra de Campos.

1 comentario:

  1. Ya me temía que, con motivo de la Cuaresma, nos ibas a imponer penitencia y ayuno...
    Ah, y como consuelo, en muchas ocasiones, las escapadas imaginadas resultan mucho mejor que las vividas.

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