martes, 17 de enero de 2012

¿qué caballos son aquellos...?

¿Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar? Así se titula una novela de Lobo Antunes recién publicada. El autor cuenta que ese título está sacado a una antigua canción popular del Alentejo portugués: "¿Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar? / Son los Reyes de Oriente que al Niño van a adorar." Me pregunto quién sería el letrista anónimo que compuso esos versos, y la respuesta ha de ser necesariamente: un poeta, y además de los grandes. El primero de los dos versos no puede ser más evocador, más fabuloso y a la vez delicado. "¿Qué caballos son aquellos...?" empieza con un misterio, con algo que se vislumbra en la lejanía y produce asombro, incluso inquietud; y el verso se completa con el prodigio de que esos caballos remotos "hacen sombra en el mar." La solución al misterio solo podía ser la que es: los Reyes Magos. O bien, tratándose de Portugal, el Rei Dom Sebastiao que, según la leyenda mesiánica, emergerá algún día con su ejército desde el fondo del océano para recuperar la grandeza perdida (en la batalla de Alcazarquivir) y no recobrada. "Don Sebastián volverá, dice la leyenda, una mañana de niebla, en su caballo blanco, venido de la isla lejana donde estuvo esperando la hora de su vuelta", escribe Pessoa. En definitiva, Don Sebastián es un Rey Mago, y por eso su caballo (y los de sus lugartenientes) "hacen sombra en el mar." Al leer ese título tan poético que Lobo Antunes ha dado a su última novela me he acordado inevitablemente de otro título del que ya hablé aquí hace algún tiempo; me refiero al de un libro delicioso de Mathias Enard: Habladles de batallas, de reyes y elefantes. Pertenece al parecer a una cita de Rudyard Kipling que dice: "Ya que son niños, habladles de batallas y de reyes, de caballos, de diablos, de elefantes y de ángeles, pero no dejéis de hablarles de amor y de cosas semejantes."

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