lunes, 30 de enero de 2012

ligerezas para un lunes


 "De todo menos aburrimiento" es el eslogan de un megacentro comercial en el que estuvimos de compras anteayer, sábado. Aunque comprar, lo que dice comprar, compramos poco, pero echamos la tarde muy entretenidos. Las Últimas Rebajas, el Remate Final, etc, era la disculpa; en realidad fuimos hasta allí a "elevar nuestro nivel de serotonina", en palabras de mi mujer. Me impresionó la frase. Dada mi tendencia a 'depresionarme' los domingos por la tarde, el chute de serotonina tenía una función preventiva, o de recarga, con 24 horas de antelación. Y es verdad que ayer salí indemne del domingo. Sin embargo mi hijo Ignacio (10 años) nos sorprendió al final de la tarde con una frase imposible de mejorar: "me duele la cabeza de aburrirme." Claro que para frase antológica la que cuenta Sabina en El País Semanal que escuchó decir a Lola Flores: [hagas lo que hagas] "abstente a las consecuencias." A diario nos llegan tantas cosas y por tantas vías que la memoria no es capaz de retener. Recuerdo una viñeta de El Roto que decía: "con las nuevas tecnologías me informo al segundo y olvido al instante." Precisamente por eso, antes de que se me olvide, voy a contar aquí un chiste que oí el otro día en la radio. "Era tan tacaño tan tacaño que cuando veía la misa en la tele y pasaban la bandeja, cambiaba de canal." Bueno, y otro en la misma línea, siguiendo con el tópico de los catalanes. "¿Qué hace un catalán cuando se le incendia la casa? Una llamada perdida a los bomberos." También he oído uno de estos días: "no estoy bostezando; me sorprendo a cámara lenta." Y esta otra noticia salida de un twitt: "se separan el hambre y las ganas de comer." Y otro twittero, este de Valladolid: "mira, no sabemos nosotros cuándo cae la Semana Santa... ¡y van a saber los mayas cuándo se acaba el mundo!" Por último, traeré aquí algo que he leído recientemente en un libro de viajes -años 40- en el que el gran reaccionario Agustín de Foxá cuenta que una elegante dama le confesó en Estocolmo con toda naturalidad: "Aquel año íbamos a tener un hijo, pero se nos ocurrió marchar a Londres a presenciar el Derby." Y no dice más. No sé si es el colmo de la frivolidad o un drama familiar propio de una película de Bergman. 

1 comentario:

  1. Efectivamente la frase de Nacho es inmejorable "me duele la cabeza de aburrirme", buenísima,a mí también muchísimas veces. C.R.

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