jueves, 26 de enero de 2012

la nube

(para Z)

Guardar archivos en 'la nube' es algo difícil de entender para mí. Conste que la idea me encanta, y además me parece extraordinariamente poética. Imagino esa nube de internet como una especie de guardamuebles de dimensiones cósmicas en el que conviven en armonía materiales muy diversos, desde el título secreto de una futura obra maestra hasta el Museo del Louvre al completo, digitalizado cuadro a cuadro. Los archivos top secret del Vaticano tendrían por vecinas a las imágenes grabadas clandestinamente en una mítica orgía celebrada en  Hollywood. Declaraciones de amor, confesiones de culpabilidad, pruebas irrefutables de corrupción, canciones inéditas (o mejor dicho, inauditas), escándalos de todo tipo, recetas no publicadas de Ferran Adrià, descubrimientos como la  fórmula -encriptada, por supuesto- de 'la eterna juventud', que sería el secreto mejor guardado de los laboratorios suizos y la gran esperanza de la Vieja Europa. En español, 'estar en las nubes' es estar ausente, tener la mente en otra parte, o en ninguna parte. ¿Y en internet? ¿Dónde se encuentra esa nube -cloud computing- en la que se guardan como tesoros los más codiciados archivos informáticos? Más preguntas: ¿Cuánto pesa la nube? ¿Y cuánto peso puede soportar? ¿Cuál sería su umbral de saturación? Si esa caja fuerte virtual alcanzara tal concentración de contenidos que, de algún modo, acabara por explosionar... ¿no sería eso el fin del mundo anunciado metafóricamente por Lars von Trier en su magnífica Melancolía? Millones y millones de gigas de memoria RAM (y de la otra) se esparcirían por el silencioso espacio del post apocalipsis. Inmensos vertederos de chatarra virtual flotarían desplazándose por algún lugar o dimensión de la galaxia. Cajas negras, endecasílabos luminosos, secretos nunca revelados, porno duro, material sensible... brillarían para nadie en el azul oscuro de la noche sin límites.

                                                                                                                                                       

3 comentarios:

  1. Gracias Luis :)
    Yo también me imagino la nube así, donde todo, sea lo que sea, sea de quien sea, se traduce a ceros y unos, a kb, y mb... donde nada es mejor que nada. Es decir, una utopía. Un beso!

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  2. Es tan bueno que me genera en envidia, sana e insana, por la palabra y el verso, y por la dedicatoria

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  3. Para mi, esa nube, también esta llena (de recuerdos) y sin embargo es ligera. Todo lo que sube a la nube es porque su peso se transforma en esa materia de la que están hechos los sueños y además, ahí arriba (no se pq me la imagino sobre nuestras cabezas y no bajo nuestros pies) todo esta unido por un fina línea de buen gusto y humor. B3SOS

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