lunes, 7 de noviembre de 2011

72 horas de amor

Ya sé que no pocos lectores de este blog (mayoría femenina) estáis deseando saber cómo le ha sentado el finde a nuestra pareja del parque, de la que di aquí noticia el pasado viernes. ¿Se habrá consolidado la relación recién estrenada? ¿Estarán viviendo Roger y Anita una luna de miel en algún hotelito con encanto? ¿72 horas de loco amor, así, de golpe, habrá sido demasiado para ellos?  Pues bien, no voy a ocultar que hoy, a las 8.30 salí hacia el parque con la esperanza de ver al dálmata y a los dos cockers, y averiguar cómo les había sentado a sus dueños el fin de semana. Incluso he alargado quince minutos el paseo para darles un margen de tiempo. Pero no. Hoy no han aparecido. ¿Se lo estarán pensando? ¿No habrán regresado aún? ¿Tendrán una agujetas que... no se podrán mover? Está claro que es un caso abierto. Todo es posible y ninguna opción puede descartarse de antemano. En los próximos días habrá que estar ojo avizor ante lo que la observación nos depare y nos de a entender. La verdad, sentiría que entre ellos dos todo quedara en nada. ¡Hacen tan buena pareja! Y ya que la crisis es tan desagradable (por no decir otra cosa más ordinaria, incluso vulgar), le vendría bien al mediambiente y a este otoño que prosperase esa relación, esa historia de amor, quizá más intuida que consolidada. Ellos dos forman parte en mi imaginario de algo que andamos muy necesitados: el mundo no como es sino como debería ser; es decir, que la vida se pareciera lo más posible a una comedia romántica de Woody Allen. Banda sonora incluida. Así las cosas, yo quiero imaginármelos en un ático con grandes ventanales, viendo llover abrazados, descorchando un buen vino al final de tarde (por qué no un Santa Rosa, de bodegas Mendoza, con su color "rojo rubí cardenalicio") mientras suenan, por ejemplo, estos Duets II de Tony Bennett que ahora escucho; me los regaló el otro día una amiga que no tiene dálmata pero que conoce mis gustos, y yo alguna vez los suyos. Tony Bennett cantando con Norah Jones, con Michael Bublé, con Amy Winehouse... es en sí mismo una historia de amor donde sólo falta que dos se conozcan en un parque y descubran que, mira por dónde, les gustan las mismas canciones, las mismas películas... incluso la misma lluvia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario