martes, 15 de noviembre de 2011

anticipación

En la publicidad, como en el fútbol y en otras disciplinas de la vida, el sentido de la anticipación es clave. Un buen delantero tiene que anticiparse siempre, aunque solo sea una décima de segundo, al defensa que le marca. Asimismo, un buen dpto de marketing tiene que calentar motores y lanzar sus naves al público con suficiente antelación. A mí ya me están llegando propuestas comerciales no solo para Navidad, que por supuesto, sino para la Gran Cena de Gala de San Valentín. Y no estoy exagerando. Veamos. Aprovechando el viaje de la Gran Fiesta del Marisco y de las XV Jornadas Gastronómicas de la Matanza, La hacienda de Campoamor -Ctra. de Burgos, km 23 (desvío Algete)- me invita (es un decir) a esa Noche de Gala para enamorados en la que, además del Gran Banquete, disfrutaremos del "Gran Baile con una Magnífica Orquesta", en el que durante los intermedios vamos a gozar de una "Discoteca Móvil para que no pare la música". Pero no acaba ahí la cosa: es que además, entre tango y bolero y Bisbal, tendremos "Barra Libre" para bebernos Escocia entera "hasta las 5 de la mañana", y nada de garrafón: "Primeras Marcas" todo el tiempo. Eso sí, a partir de las 5h, no puede faltar algo tan nuestro como es el "Chocolate con Churros", seguido de "nuestra Gran Tómbola de Regalos". Cómo nos lo vamos a pasar. Ya me estoy viendo a eso de las 7 de la mañana, con la corbata en la frente, bailando "a la conga de Jalisco, ahí viene, ahí va..." con otras parejas igualmente entusiasmadas. Es que me lo imagino y... No me extraña que el teléfono comunique todo el rato. Para San Valentín faltan 90 días, más o menos; durante ese tiempo, tal como están las cosas, puede ocurrir de todo, pero, aun así, hay que hacer planes y reservar mesa con 90 días de antelación (qué menos), no vaya a ser que por no andar despiertos nos quedemos en lista de espera. Y no hay cosa más triste que tener que quedarse uno a la puerta, vestido de gala, escuchando desde la calle la música y las risas y el continuo descorche de las botellas de champagne, confiando en que alguna pareja se indisponga o tenga que salir a toda prisa por causa mayor, para poder entrar y ocupar su puesto. ¿Entendéis ahora la importancia del sentido de la anticipación a que aludía al principio? Pues eso.

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