martes, 8 de noviembre de 2011

BoBos

Hay una tienda de ropa en Madrid llamada Herself  -Fuencarral 75- donde nada más entrar te encuentras con una frase escrita en la pared a manera de graffiti: "elegante es lo que uno lleva; no elegante, lo que llevan los demás." Lo firma el mejor y más celebrado copy de los tiempos modernos: Oscar Wilde. La moda, tan denostada por algunos, cumple una función social imprescindible: conseguir que nos gustemos a nosotros mismos. Y eso no siempre es tarea fácil; a veces, más que un arte es un puro milagro. Y sin embargo, incluso en los casos más desalentadores, más imposibles, por momentos lo consigue. Visto lo visto, ¡cómo no vamos a creer en la moda y en sus efectos casi taumatúrgicos! Es cierto que somos lo que comemos, y lo que bebemos, y escuchamos, leemos, miramos, deseamos... pero también somos lo que vestimos, y el modo en que lo hacemos; para entendernos: no queda igual una americana de Armani llevada por George Clooney que si la lleva, pongamos por caso, Mariano Rajoy. O yo mismo, sin ir más lejos. Por eso a algunos nos favorece entrar en una tienda de moda y leer una frase como la de Oscar Wilde. La autoestima empieza frente al espejo del probador; incluso antes: en las prendas que elegimos para probarnos, en la tienda en la que decidimos entrar, en la mirada que traemos de casa, del trabajo, de lo bien o mal que nos han ido las cosas en los últimos minutos, horas, días, meses, novias, años. Pero es un hecho cierto que cuando nos sentimos bien, parece que el mundo se ilumina y la vida es (más) bella. Y ahí es donde entran Calvin Klein y L'Oreal, Prada y Hugo Boss, i Phone y Starbucks, DeLongui y Essenza, Nespresso y Op de Beeck, Lars von Trier y los BoBos (bourgois-bohemians) entre otros. Yo, que soy muy bobo y tontorrón, me siento bien algunas veces, sobre todo cuando percibo que las marcas se ponen de mi parte, y ganan premios los autores que me gustan, los libros que prefiero, los diseños que me molan, las películas que me alegran la vida. Hasta el jueves. Cuidaos. La vida es bella, sí, pero breve.

4 comentarios:

  1. Claro, que nos gustemos a nosotros mismos, a los demás dependerá de su gusto, aunque un piropo siempre viene bien.

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  3. A mi, mas que la ropa, me viste el "olor" y muda mi estado de animo. Cuando me pongo mi perfume, me siento como un regalo lujoso, un paquete de papel dorado con lazo inmenso, brillante y de estrellitas, que hace soñar.

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  4. Uff, chica, porque está claro que eres mujer. Quién fuera papel y perfume y domicilio al que va ese regalo.

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