martes, 5 de abril de 2011

ducho en duchas

El post de ayer, dedicado al vestuario de la piscina, lo dejé en plena ducha comunitaria casi que con el agua resbalando por el cuerpo de los efebos, y de los no tan efebos. Allí, en ese territorio libre de impuestos y de obstáculos, nos examinamos discretamente unos a otros, por aquello del análisis comparativo. Hay de todo, claro está, y para todos los gustos. Hay torsos que parecen cincelados por Fidias, pero también algunas flacideces de las que mejor no hablar; se ven barriguitas blandas y duros culos apretados; caderas escurridas y otras opulentas, casi como de matrona pompeyana. Bajo el chorro de agua se observan actitudes pasivas, tal que de brazos caídos y ojos cerrados, y también otras más alborotadas y de alegres manos por todo lo alto. Algunos dan la impresión de que en cualquier momento se fueran a arrancar por El Puma o por Sergio Dalma; otros en cambio estarían más acordes con el vozarrón varítono del Cántábrico, la sociedad gastronómica, el club de traineras de Orio... De manera que nuestra ducha comunal, pre y post piscina, tiene tal variedad de estilos y comportamientos que unas veces podría evocar la de un gimnasio ateniense en tiempos de Pericles (s.V a. C.) y otras la  del vestuario del Athletic de Bilbao en San Mamés. Bueno, y en materia de tamaños... qué decir. Yo no quisiera entrar aquí en detalles morbosos, y menos aún incurrir en tontos alardes, tan fuera de lugar. Ahora bien, visto lo que hay por ahí, ya sea en su morfología o en sus tres dimensiones (cambiantes), no hay razón para quejarse a la naturaleza sino más bien estarle secretamente agradecido. La verdad es que sale uno del vestuario reconciliado por momentos consigo mismo, y con su bobo ego de hombre sonriendo por dentro. Qué tontunas. Vanitas vanitatis. Luego viene la realidad y te baja los humos, y te descabalga. Aunque no siempre, claro, no siempre.

2 comentarios:

  1. Querido Luis Alonso, felicitaciones por la generosidad de la madre naturaleza con tus atributos. Así pues, es justo reconocer que es difícil encontrar hombres bien dotados desde la cabeza a los pies. Felicidades también a tu/mi compañera. Besos

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  2. Al hablar de vestuarios de men, con ese humor que lo cuentas creo que el de women puede ser distinto y también agradable. Después de nadar entras en ellos, creo que todas, con tu ego subido, sientes ja ja tu musculatura más fuerte y tus puntos débiles mucho mejor, claro con ese aumento del nivel de serotonina !.Tu ducha íntima sin compartir, ese chorro de agua en tu cabeza mientras hueles diferentes aromas de geles o de champúes, es relajante. Algunas vestuarios individuales, me muero de la pereza,más incómodos pero cada uno es diferente.Sales con tu toalla, te sientes muy tuya, el modo de secarte la piel, te recreas con más crema y claro te encanta ver women monas, buenos tipos. algo bronceadas a lo mejor de rayos UVA , ropa interior de colores suave, con esos olores de cremas tan suaves y de cuerpo,en ocasiones miras el bote a ver qué crema es, tb olores de cremas que has usado antes, es todo una delicia!

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