martes, 1 de febrero de 2011

la ecobola

El lavar (como hasta ahora) se va a acabar. Adiós al detergente en la lavadora. Adiós al detergente en el lavavajillas. La Ecobola es un invento maravilloso que anuncian desde hace tiempo en la radio. Con ella, por un precio casi irrisorio, te conviertes en un ahorrador compulsivo: ahorras no solo detergente, también suavizante, agua, energía eléctrica, incluso ahorras tiempo. Pero además de económica, la Ecobola es ecológica: preserva el medio ambiente al no dejar en el agua sustancias químicas, fosfatos, cloro, detergente... y tiene una larga vida de 1200 lavados, nada menos. ¿Que cómo es posible este prodigio? Pues muy sencillo: a base de combinar un intercambio iónico, fruto de un profundo desarrollo científico de la bioelectricidad y la hidrodinámica. Yo, como ahorrador converso que soy, estoy loco por la Ecobola, y hace tiempo que me muero por pedirla para empezar a ahorrar furiosamente. Aunque tampoco puedo invadir de golpe la jurisdicción de mi mujer, pues ella es la titular de esas competencias (inversión en nuevas adquisiciones) y, en este aspecto, se muestra inflexible. Está convencida de que compra siempre mucho más barato. Me tiene por manirroto cuando en realidad, de un tiempo a esta parte, estoy poseído por el espíritu de un monje cisterciense: austeridad y ascetismo. Pero, claro, con un pasado de hedonismo y alegre derroche como el mío no es fácil hacer creer a nadie este rigor monástico y casi vegeratiano de mi actual vita beata. En los pecados del ayer  llevo la penitencia de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario