martes, 22 de febrero de 2011

defensa de la alegría

Me urge convocar la alegría. Y levantarla "como un estandarte", en palabras de Benedetti. Para los momentos en tránsito, esos en los que por un lado termina una cosa y por otro empieza una nueva, para esos momentos, digo, tardes, noches, a veces semanas, se precisa de la alegría como instrumento de trabajo, como un miembro más de la familia. Y es que la alegría también depende del deseo, de la voluntad que pongamos en ella. Vamos, que en buena medida depende de nosotros. Y digo que me urge convocarla porque este post de hoy la necesita con urgencia y velocidad. En breve tengo que acabarlo y publicarlo, darme una ducha, vestirme para ir al teatro (o sea, casual pero special, o dicho a la mexicana: lo mismo nomás que diferente), salir corriendo, coger el metro, bajar en La Latina, llegar al Pavón, tomar asiento y... "la representación va a comenzar;  por favor, no olviden apagar sus teléfonos y alarmas..." Se alza el telón y a mí se me aceleran el pulso, como siempre que voy al teatro, porque hubo un tiempo en que yo (lo he contado aquí) soñaba con ser actor. Y todo esto sucede un martes 22 de muchas emociones y temores, expectativas, insomnios acumulados, propósitos de enmienda, conversaciones, el abrazo de una amiga querida al pie del ascensor... No debería yo tener ya edad para tantas cosas juntas, y sin embrago, aquí estoy, pregúntandome entre líneas qué camisa y qué chaqueta, zapatos, cinturón, vaqueros... En fin, en mitad de la tormenta, frivolidades de juventud. De una juventud imposible que quizá, quizá, me rejuvenezca... por momentos.

1 comentario:

  1. Que por un lado termine una cosa y por otro empiece otra, es lo que, si no fuéramos unos cobardes, seria lo deseable, nada mejor para el aprendizaje, el crecimiento personal, el gozo y disfrute, que cerrar y abrir, quedarse con todo cerrado, es aparcar tantas y tantas cosas, que debería estar descrito por decreto ley, que todos por deseo y decisión propia o por decisión ajena cerráramos capítulos y abriéramos capítulos. Que suerte, tanto si lo cierras, como si te lo cierran, el paso siguiente…. abrir, abrir, abrir, no es esto convocar la alegría?Besos.

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