miércoles, 23 de febrero de 2011

...como para olvidarlo

 Facultad de Filología, Universidad Complutense. Curso 80-81. 18.30 h. Como cada lunes, un reducido grupo de alumnos estamos en clase de italiano. Imparte el curso la joven ¡y bella! Flavia Cartoni. De pronto se abre la puerta y alguien balbucea: "la Guardia Civil está en el Congreso; lo han dicho en la radio." Nos miramos no sabiendo si creer o no creer, si reír o... Yo le pregunto al mensajero: "pero, vamos a ver, están ¿dentro... o fuera del Congreso?" "¡Dentro, dentro; y ha habido tiros!" Así fue como nos llegó la noticia a los italianizantes flavianos. Los pasillos, las escaleras, el vestíbulo de la facultad tenían un movimiento inusual. Afuera, ya anochecido, el atasco desde la Universitaria hasta Moncloa era mayúsculo. En medio de la confusión me encuentro con un amigo de toda la vida, más que amigo casi un pariente, alguien que procede de los veraneos familiares en Tierra de Campos: Felipe Ruiz, catedrático de Penal en la Facultad de Derecho, justo allí enfrente. Pipe está alarmado pero se alegra al verme. En vista de lo imposible de coger el coche (el suyo, claro; yo no tenía más que autobús y fantasías literarias), me dice: "nos vamos a mi despacho, Luis, a escuchar la radio y esperar acontecimientos." Dos o tres horas después yo estaba ya en casa, en Atocha. Con lo cual, solo tuve que ir dando un pequeño paseo hasta Neptuno. Los furgones de la policía cerraban el paso a la Carrera de San Jerónimo. Había gente, claro, pero no tanta como cabría esperar. Eso sí, hubo un momento inolvidable: como en las películas americanas en blanco y negro,"¡Extra! ¡Extra!", apareció El País. Ahora todo el mundo lo ha visto hasta el hartazgo, pero entonces... A cinco columnas y en tres líneas de titular: "Golpe de Estado. El País, con la Constitución." Tras deambular por allí una o dos horas, me volví a casa, fumando un cigarrillo, con el convencimiento de que aquella cosa tan fea, tan cutre, tan sucia... no podía triunfar. Joder, qué mayor soy.

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