viernes, 17 de diciembre de 2010

un poco de silencio

Hay cosas que suceden en silencio y que sólo se pueden decir con silencio. Algunas pérdidas, por ejemplo. La serena tristeza que nos dejan. La pena que se queda ahí, callada, con ese gesto indefinido de lo que no tiene nombre. No es grave, o al menos no demasiado, se sobrelleva. Pero es irremediable. Llevo toda esta semana no queriendo hablar de ello. Y no lo he hecho. Le vimos tantas veces, ¡y todas buenas! En el Español, en el Monumental, en el Alcalá Palace, en el Real, en el Palacio de los Deportes, en el San Jaun Evangelista, en aquel patio tan hermoso de Alcalá de Henares, en el Español nuevamente... Y tantas, tantas horas de gloria escuchándole en esta casa y en las otras casas, en los viajes, a veces a 180 kms de juventud por hora. Oyéndole, se deja uno llevar tan fácilmente a no se sabe dónde... Y después, durante un rato, el silencio es distinto. Es un silencio que parece transitado por un millón de cosas, de partículas, como cuando entra en la casa  una franja de sol al mediodía. Es un silencio que le llega a uno al alma. Y no hay más que decir.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario