lunes, 27 de diciembre de 2010

asuntos exteriores

Nochebuena, Papá Noel, los catálogos de regalos, la iluminación navidena, El Corte Inglés, el frío, las nevadas, la vuelta al hogar, una sentimentalidad un poco empalagosa... En fin, todos eso. Pero es algo comunmente admitido que son días de paz y amor. Y tradicionalmente se ha dicho que la Navidad es un sentimiento universal que va más allá de las fronteras. Pues bien, algo parecido (o casi) empieza a sucederle a este blog. Ya en sus sus inicios registró un misterioso seguimiento desde Singapur, y de ello dejé constancia en este diario. Pero no quedó ahí la cosa: a día de hoy el blog recibe visitas (y no una ni dos) que van desde Estados Unidos a Polonia, desde Rumania a Malasia, Croacia, Eslovenia, Francia, Tailandia... No puedo dejar de preguntarme quiénes son esos remotos visitantes. ¿Españoles por el mundo? Probablemente.Pero eso no aclara nada. ¿Que hace un tipo en Bangkok (aparte de dar o recibir masajes tailandeses) merodeando por este blog mientras yo duermo aquí, y quizá hasta sueñe con uno de esos masajes de aquel lejano país? Y sobre todo, ¿que sucesión de pasos encadenados han llevado a alguien en algún lugar de Alemania o de China a encontrar  esta página, precisamente esta, en la red? Misterios. Eso sí, misterios gozosos de la comunicación global. Aunque, si se busca se encuentra otra lectura un poco más inquietante: alguien te está diciendo con su silencio oriental, "ojo, sé que estás ahí; y te vigilo." Ufffffff.

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