jueves, 16 de diciembre de 2010

placeres inconfesables

Ayer leí una noticia muy divertida: un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, con la ayuda de "un potente ordenador, que opera con complejísimos algoritmos y millones de datos, revela que el día más aburrido de la historia fue el domingo 11 de abril de 1954." Así, como suena. Al parecer, en esa fecha no ocurrió nada grave ni se produjo noticia ninguna de primera página. O sea, un milagro. También leí ayer, en un hermoso libro de John Berger (regalo de una amiga muy querida) esto otro: "Qué grande es la diferencia entre la esperanza y la expectación. Al principio creía que tenía que ver con el tiempo, que la esperanza era aguardar algo más lejano. Me equivocaba. La expectación pertenece al cuerpo; la esperanza es del alma. Esa es la diferencia." Es curioso, siempre he sospechado que lo contrario de la esperanza es precisamente la espera. La espera es desesperante, y hasta desesperanzadora. Acaba siendo un esperar por esperar. Como hablar por no callar. Cada vez que surge este tema me acuerdo del famoso diálogo en Esperando a Godot: "¿Y qué hacemos ahora?" "Esperar." "Sí, pero, mientras esperamos..." Esa es la cuestión: ¿qué hacemos mientras esperamos? Dejar que pase el tiempo... que no quiere pasar. O dicho de un modo más poético: ver crecer la hierba. Es decir: aburrirnos. Sin embargo, ¡qué placentero puede ser a veces el aburrimiento! Sí, hoy quiero aburrirme muy despacio y muy a gusto. Quiero entusiasmarme de aburrimiento. ¡Viva el 11 de abril de 1954!

1 comentario:

  1. A mí también me ha llamado la atención esta noticia, sobre todo porque tengo una idea muy positiva del aburrimiento; estoy deseando tener tiempo para aburrirme, el aburrimiento es el origen de todas las artes, así llamamos al vacío interior. En cuanto a la esperanza... creo que sí es del alma, pero la espera también lo es. Es un estado, la espera, abierto al acontecimiento: sólo el que espera lo ve llegar, lo reconoce. La espera nos hace conscientes del paso del tiempo. Nada más, un abrazo esperanzado.

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