lunes, 6 de febrero de 2012

una estrella en el jardín

"¿Por qué, a mí, se me ha caído una estrella en el jardín?", se preguntaba Mari Trini en aquella canción de éxito. Era un estribillo muy potente, muy tórrido, que se bailaba a brazo partido en las discotecas de los primeros años 80. Quién nos iba a decir entonces que, tanto tiempo después, íbamos a recordar aquellas refriegas y 'torrideces' de sábado noche gracias a la campaña publicitaria de una cerveza. Estrella Galicia ha recuperado aquella canción en su versión original, pero situándola en un contexto muy distinto, lo cual le da al estribillo un giro insospechado realmente divertido. La campaña de Estrella Galicia resulta, además de divertida, inteligente. Los creativos de la agencia gallega Imaxe han tenido la buena idea de coger al pie de la letra el estribillo de la canción de Mari Trini y montar a su alrededor todo el spot, toda la campaña. Si a eso le añadimos gente joven, buen rollo festivo y el humor que se le supone a una cerveza que se define como "exageradamente buena", pues ya tenemos la fórmula del cóctel. Una fórmula que funciona. A mis hijos les encanta. A mi mujer le hace sonreír. A mí, además de sonreír, me hace recordar. ¡Cuántas estrellas se nos han caído a todos en el jardín! A veces la pregunta -¿por qué a mi?- implicaba desesperación y hasta maledicencia: ¿por qué coño tiene que pasarme esto a mí? Otras, esa pregunta era de asombro, de incredulidad: ¿cómo es posible que este milagro (estrella) me esté pasando a mí? Ya he escrito aquí en alguna ocasión que practico la máxima de Simone Signoret cuando afirmaba aquello de "la nostalgia es un error." Lo creo firmemente. Pero en ocasiones, en esos días en que no se encuentra uno en su mejor momento, pues tampoco está de más (junto al frenadol, el bisolvón o el eferalgán) echar la memoria atrás y recordar durante unos minutos alguna estrella caída en nuestro jardín. Luego viene inevitablemente la inquietante pregunta: ¿habré sido yo alguna vez estrella para alguien? Y en ese caso, ¿fui estrella fugaz, lucero de la mañana, apenas polvo de estrellas? ¿Qué fui? ¿Qué soy? Ahora que lo pienso, si yo pudiera ser estrella, me gustaría caer en el Jardín de Venus. Por cierto, qué bien cantaba Morente aquella malagueña por granaína: "El jardín de Venus". Un sitio para caer, para brillar, para cantar, para escuchar. Y sobre todo, para vivir.

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