viernes, 24 de febrero de 2012

sonata de invierno

Aunque pueda parecerlo, no es ficción. Existen aún, o han existido hasta hace unos días, nombres y títulos como el de "El Muy Ilustre Señor Don Juan Francisco de Asís Martín de Aguilera y Arenales, X Conde de la Oliva de Gaytán y Vice-Canciller de la Real Orden de la Legitimidad Proscrita." Tal cual. Cuando, ayer, casi a la media noche, mi mujer me leyó este texto aparecido en el periódico del miércoles, se me encendió la mirada al oír esas palabras: "Real Orden de la Legitimidad Proscrita." Antes de que ella continuara leyendo, la intuición me llevó a un mundo desaparecido de gerifaltes de antaño, de cruzados de la Causa, de esplendores de viejas hogueras... Y ello se confirmó al punto, cuando escuché que nuestro hombre había sido, entre otras cosas no menores, Secretario Federal del Partido Carlista. "¡Acabáramos!", exclamé. Acudo en busca de un viejo libro: Sonata de invierno, de Don Ramón María del Valle Inclán. Al fin encuentro, allá al fondo, lo que buscaba en mi memoria. Estamos en la corte carlista de Estella. Ya viejo, pero todavía galante, el Marqués de Bradomín dice: "Yo hallé siempre más bella la majestad caída que sentada en el trono, y fui defensor de la tradición por estética. El carlismo tiene para mí el encanto solemne de las grandes catedrales, y aun en los tiempos de la guerra me hubiera contentado con que lo declarasen monumento nacional." El librito de Austral donde leo esto se encuentra desbarajustado por completo y sus hojas parecen los naipes de una baraja. Gracias a una pequeña etiqueta, consigo recordar dónde y cuándo compré ese libro: Editorial Gómez; Plaza del Castillo, 28; Pamplona. Año 1975. Parece que no hubiera mejor sitio para comprar y leer por vez primera la Sonata de invierno. En la esquela de don Juan Francisco de Asís se informa de que "los compañeros del Partido Carlista y los Caballeros y Damas de la R.O.L.P. (...) nos reuniremos, el día 24 de febrero, a las 19.h., para celebrar misa y funeral por su eterno descanso", que se celebrará, lógicamente, en la parroquia de San Fermín de los Navarros, Madrid. Desde anoche no puedo quitarme de la cabeza esa expresión tan levantada: una "Legitimidad Proscrita." Estos caballeros católicos de Norte -Dios, Patria, Fueros, Rey- tenían el don de la palabra y un grandeza anacrónica muy superior (aunque no del todo distinta) a la de los caballeros de Virginia, Alabama y los demás estados del Sur. Eso sí, por fortuna, unos y otros perdieron sus guerras. Feliz viernes. Y felices sonatas.

5 comentarios:

  1. Hola me gusta mucho este blog, me he hecho seguidora.
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  2. Resulta doloroso ver cómo hay personas que no respetan a los que ya no están entre nosotros y que, por lo tanto, no pueden defenderse de las afrentas. Porque tenga a bien seguro que si la persona a la que Vd se refiere en su escrito hubiera estado viva, habría defendido su condición y sus ideas pues lo hacía siempre "con inteligencia y coraje" de acuerdo con lo que sus amigos han dicho de él y de acuerdo con lo que fue toda su vida, en la que luchó por la democracia y las libertades, esa democracia y esas libertades de las que Vd y su familia gozan en la actualidad; pero de las que hubo un tiempo en el que no existían en España, como bien sabemos los que lo vivimos y padecimos.
    Es posible que su mujer le leyera también el obituario publicado el día 27 de febrero en el mismo diario y que, por lo tanto, se haya podido percatar de la calidad humana y profesional de la persona a la que Vd se ha referido en su artículo. Pero de eso Vd no ha dicho nada y no ha tenido la delicadeza y la humildad de rectificar la visión dada de una persona que ya nada puede decir para defenderse.
    Lo menos que se puede hacer cuando se escribe sobre algo o sobre alguien es informarse para no exponerse a errar, sobre todo si se trata de alguien que ya no está entre nosotros.

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    1. Pues tiene usted razón, Dolores, debí informarme antes de escribir. Lo acabo de hacer tras leer su comentario. Ahora entiendo su justificado malestar. Mire, no acostumbro a responder a los comentarios que aparecen en este blog, pero creo que en este caso sí debo hacerlo. Lo primero de todo: pedirle disculpas a usted por mi, digamos, inoportunidad y falta de tacto. Lo lamento de veras. Le aseguro que no hubo en mí la menor intención de molestar, ni menos aún ofender a nadie, ni a la memoria de nadie, por supuesto. Probablemente fue una frivolidad por mi parte. Mire, para mí, y para muchos, supongo, el término 'carlista' tiene una connotaciones casi arcaicas, y no puedo evitar asociarlo a otros nombres próximos, tales como Requeté, Oriamendi, Comunión Tradicionalista, El Pensamiento Navarro', Montejurra... En fin,todo ese mundo tan alejado de nuestro tiempo y de lo que defendió sin duda con 'inteligencia y coraje' la persona a la que yo aludí y nombré sin ninguna mala fe, pero tan inoportuna como indebidamente. En fin, le reitero mis disculpas, Dolores. Y mi respeto. Un saludo.

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    2. Le agradezco su respuesta y su respeto. Le acepto sus disculpas.
      Los seguidores de su blog habrán leído su artículo; pero no estos comentarios que son prácticamente un diálogo entre Vd y yo. Siento decirle que este diálogo no sirve para rectificar la versión dada, con nombre y apellidos, de una persona desaparecida ya.
      Un saludo.

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