miércoles, 19 de octubre de 2011

números elegantes

Me acabo de enterar de que en Matemáticas existe lo que llaman 'números elegantes'. Si no he leído mal, un número elegante es aquel cuya suma del cuadrado de sus cifras da 10. Por tanto, el 1 y el 3 son elegantes, puesto que cumplen con ese requisito, y así, 13 y 31 serían 'parejas de números elegantes', que tal es su denominación. A mí esas parejas de números me remiten de inmediato al baile: el 1 sería sin controversia alguna Fred Astaire; el 3, con sus curvas, podría ser Ginger Rogers, y también Cyd Charisse y alguna otra. Pero el 'numero elegante' por excelencia es el 10. Es la plenitud. Tiene una combinación de verticalidad y esbeltez (el 1) y de circuito perfecto para la alta velocidad (el 0). Al reunirse ambos por ese orden (10) componen una figura de prestancia insuperable, tanto en la forma como en su contenido. Y esto, aunque parezca extraño, nos remite al fútbol. Llevar el 10 a la espalda no es llevar un número más: es un honor, un título, un marchamo de calidad indiscutible. El 10 lo llevaron Pelé, claro está, Zico, Maradona, Luis Suárez, Manolo Velázquez, Ganni Rivera -'el bambino de oro'-, Michel Platini, Zidane (no en el Madrid pero sí en la Selección francesa) entre otros grandes aristócratas del fútbol. Un 10 no tiene por qué ser necesariamente rápido o habilidoso en extremo, pero, para serlo de verdad, debe llevar la cabeza alta y el balón cosido al pie. A partir de esas dos premisas, la elegancia está garantizada. La armonía de movimientos, la visión de juego, la autoridad en el campo, la soberanía, el respeto que infunde... todo ello es consustancial al auténtico 10. Para entendernos: Zinedine Zidane. Yo no he conocido otro 10 tan sumamente 10 como él. Pero es que 'Zizú', además de todo lo dicho aquí, tenía el don de la musicalidad y de la danza. Tenía swing. Soltaba un pase largo de 40 metros -medido y al pie- y el balón en su trayectoria describía una curva tan serena y tan exacta como el vuelo de un ave. Interpretaba el fútbol como quien interpreta de memoria una partitura. Todo lo que hacía lo hacía bien, y además con belleza. En fin.  El 10 es el más elegante de los números, no hay duda. Y Zidane el más elegante de todos los 10 que en el mundo han sido. Y no tengo más que añadir.

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