martes, 4 de octubre de 2011

intimissimi

Todas las noches veo a la misma hora el spot de Intimissimi, la marca de lencería italiana (ver catálogo online) anunciando el nuevo modelo de sujetador Super Push Up, siempre "cerca del corazón de las mujeres"; o dicho en versión original: "vicino al cuore delle donne." Intimissimi ya es un clásico del erotismo en la publicidad. Sus responsables de marketing (Grupo Calzedonia) han optado por esa línea de comunicación. No será este copy en crisis quien les discuta la estrategia. La modelo que aparece en el anuncio es la rusa Irina Shayk, un bellezón supersexy de 25 años que se mueve con la sinuosidad de una boa y la pereza lenta de un despertar sintiendo la tibia luz en los párpados. Algo así. Es difícil escribir sobre ello sin caer en un cierto machismo. O en un machismo cierto, del que luego avergonzarse uno y bajar la mirada, como pidiendo disculpas. Pero Irina solo es la modelo o actriz que presta al personaje del spot su rostro y figura, sus gestos, sus miradas, sus maneras curvilíneas de moverse... Eso sí, encarna a las mil maravillas el papel asignado, no hay duda. Algo tiene esa chica y su manera de moverse que provoca el silencio en la audiencia. Mis hijos (de 17 y 9 años) guardan silencio durante los 30" que Irina está delante, mirándonos, poniéndose y quitándose cosas, quedándose con nosotros. Mi mujer, con su mirada de mujer, también la admira y calla durante medio minuto. Yo, que soy el más escéptico y distante, la observo y tomo nota de sus gestos, del número de planos (18+1), de sus movimientos y ondulaciones felinas. Fascinante, sin duda. Pero le falta algo (ya sé, ya sé: el que no se consuela es porque no quiere). Le falta la densidad de expresión y de mirada que dan los años. Le falta eso tan atractivo, tan sumamente sexy, que sólo se obtiene (y no siempre ni todo el mundo) a partir de los 40. Irina Shayk ganará con el tiempo, supongo. Sus curvas se harán más pronunciadas; su sonrisa (que no aparece en el spot) será dentro de 20 años pura belleza vivida; su expresión tendrá esa cosa que dejan el placer y la calma... después del placer; su mirada mostrará al fondo sonrisas muy dulces, y ninguna prisa por ganar o conseguir aquello que no haya conseguido ya. Lo digo abiertamente: no sé si lo mejor de la vida, pero sí lo más hermoso y más dulce y placentero en una mujer (y por tanto en un hombre) llega de los 40 en adelante. De haberlo sabido entonces, cuando yo tenía 20 o 25 años, hubiera hecho lo posible y hasta lo imposible por caer "en brazos de la mujer madura." Tengo que releer ese libro. Me gustó tanto en su día...

4 comentarios:

  1. Luis, te añado un cotilleo sobre Irina. Es la novia de vuestro Cristiano Ronaldo... qué mal está repartido el mundo eh? Así de paso hago la prueba de ver por qué no funcionan los comentarios. Ahora ya sabes quién soy :p

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  2. Gracias, Irina. También tú sabes quién soy.

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  3. Los comentarios se borran para que nadie mancille su nombre en vano, para que cada mirada me la quede yo solito.

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    p.d:luis! si se borran los comentarios es que CR7, como es guapo, famoso e inteligente accede al código fuente de la base de datos y cual hacker, borra todo.

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