viernes, 30 de noviembre de 2012

la alegría del viernes gris

Los días grises como hoy -esos que mucha gente califica de 'tristes', sin motivo ninguno en mi opinión- a mí me alegran la mañana, sí, porque me da por pensar en la alegría. Es una vieja controversia que mantengo con mi mujer y con quien haga falta: no hay días tristes; de igual modo que el ciprés no es triste en absoluto, como tampoco existen los días fríos, sino la ropa inapropiada. Para mí, si el día se levanta gris y crudo y a cero grados, no lo asocio en modo alguno a la tristeza sino al romanticismo alemán. Si la niebla todo lo envuelve desde primera hora, lejos de una imagen triste, eso me evoca brumas del septentrión, películas de misterio en Londres,  paseos de invierno por el Campo Grande de Valladolid. Y si las temperaturas alcanzan los cinco grados bajo cero, o más allá, yo me siento feliz: imagino a las patinadoras austríacas sobre hielo en Insbruck; pienso en una casita de madera en los bosques de Finlandia o Canadá, con chimenea, por supuesto; escucho canciones de Sinatra o Tony Bennett mientras, en la pantalla, la pareja de enamorados camina abrazada y feliz por las aceras de Manhattan y entra en las tiendas más encantadoras para comprar los regalos navideños. Aquí, el clásico Fly me too the Moon es perfecto. Claro que yo conozco bien algunos temas de Melody Gardot, Diana Krall, Joni Mitchell, Norah Jones, Madeleine Peyroux, la gran Abbey Lincoln... que darían para un invierno de película y cena de viernes todas las noches. ¿Quién dijo 'tristes días grises'? La tristeza es otra cosa, es posible que irremediable. Me acuerdo ahora de Liz Taylor ante el cristal empañado de la ventana, al final de Quién teme a Virginia Woolf, cuando concluye: "...triste, triste, triste." Aquello sí era triste; los días grises, no. Y menos aún si es viernes y hay amor y canciones adecuadas, ninguna prisa, un tinto de crianza a su temperatura idónea , una película bien escogida, una buena calefacción en casa. Y el lunes... ya veremos.

4 comentarios:

  1. Querido amigo Luis, inmejorable plan y nada, nada triste, pero claro, es que todo lo que describes es muchísimo. Que lo disfrutes. Buen finde. C.R.

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  2. Querida amiga CR, buen finde y un beso.

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  3. Totalmente de acuerdo, Luis. Ya se nos dijo que el tiempo, triste o alegre, es el que uno lleva dentro, y con el encanto que le caracterizaba, Gloria Fuertes, en jun breve poema, decía que los tristes no eran los cipreses del cementerio, sino la gente que los miraba con tristeza.

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  4. El tiempo del tiempo siempre es buen tiempo. Solo resultan tristes si la soledad atenaza el alma.

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