jueves, 8 de noviembre de 2012

gracias por ayudarnos

"Solo quiero dar las gracias a Todd Akin por ayudarnos a perder el Senado", fueron las palabras de Jason B. Whitman -Presidente del Comité Nacional del Partido Republicano- dirigidas al candidato a senador por el estado de Misuri, el mismo que dijo aquellas majaderías sobre la violación como voluntad de Dios, etc. La frase no oculta un cabreo sordo del 9 largo. Lo que el indignado dirigente del Partido Republicano le estaba diciendo con ese sarcasmo al candidato -que al parecer tenía la elección asegurada- era algo así como "hace falta ser un gilipollas redomado para soltar semejante sandez en plena campaña electoral." No consta que mister Whitman hiciera amago de desenfundar el colt con intenciones inequívocas. No, eso no figura en ninguna crónica periodística, pero que se quedó con las ganas... lo tengo muy claro. De todos modos, hay que reconocerle al autor que la frase de agradecimiento le salió impecable; es como ponerle a uno la cruz: queda políticamente inhabilitado. O tres cruces: una  por tonto, otra por sucio y otra por malo. Tipos que albergan en la cabeza semejantes desarreglos no deberían estar en disposición de legislar, ni siquiera de representar a una parte del electorado. Volviendo aquí, a la patria, raro es el día que, por sus palabras, un gobernante, un político conocido, no merece el sello de "no apto" para desempeñar puesto alguno en la res publica. Y no es tanto una cuestión de extravagancia ideológica como del mínimo sentido del decoro exigible para ejercer casi que cualquier cargo de responsabilidad. Bueno, bien, puesto que mañana, 9 de noviembre, "como siempre sin tarjeta", es fiesta aquí en Madrid, me voy a alargar un poco, una pizca, para compensar(me) de lo que no escribiré. Todos los días tenemos que oír no menos de media docena de cosas infames, y además a la hora de la ducha y el aseo personal. Y eso por no citar a algunos articulistas o contertulios animadores de nuestro ruedo ibérico. Examinándolos desde la distancia, creo que muchos no pasarían un control de alcoholemia. O bien el disco duro se les ha desconfigurado por completo. Los hay que está claro que en algún momento de su vida "se les jodió el Perú." Y esa es la parte contratante que a mí más me conmueve. La vida es dura, qué coño. Aunque no todos resistimos igual. Dice Woody Allen  que si le amenazan con retirarle la American Express, lo canta todo. Lo suscribo. Hablando de averías y calamidades, estoy pensando en un articulista de apellido germánico (no daré nombres, no vaya a ser el demonio, que tampoco está uno para muchos juicios) que no hay día en que no disparate en los media con toda impunidad. Aunque, claro, le pagan por eso -y no mal, por cierto- en estos tiempos de austeridad y recortes en buena educación. Me encantaría ser él durante 24 horas, ni una más, para saber qué se siente. Le conozco, como lector, desde hace muchos años. Con la guerra de Serbia y sus crímenes étnicos empezó a jodérsele el Perú, o lo que sea. Ahora tengo la impresión de que ya es tarde para intentar arreglar el estropicio. Lo diré claro y simple: creo que ese hombre está como una puta cabra. Y además, lo está todos los días. Aunque los cuerdos le pagan por ello. Por algo será.  

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