martes, 3 de mayo de 2011

ten una aventura

¿Estás casada? Revive la pasión: ten una aventura. La publicidad de esta sugerente campaña está muy visible por toda la ciudad, y no sólo en Madrid. El anunciante es Victoria Milán, una empresa de Oslo que garantiza expresamente el "100% anónimo y confidencial." Faltaría más. Y es que, como es sabido por algunos/as y sospechado por muchos/as, una aventura extramatrimonial bien elegida, y en el momento adecuado, ayuda a "reforzar la convivencia conyugal." Para entendernos: algo así como un Actimel, aunque no cada mañana, claro, sólo cuando estamos bajos de defensas y el cuerpo (que es la parte visible del alma) nos pide un aporte energético extra; extra-marital, se entiende. Y no quisiera yo ser o parecer frívolo en este tema (al menos, no más de lo habitual) pero tampoco grave, ni melodramático, ni de una hipocresía intolerable. Según las estadísticas, una "aventura" bien traída y bien llevada puede resolver un montón de cosas por las buenas a su debido tiempo. Ya sé que no es fácil hablar de esto con naturalidad y de manera desprejuiciada, sin dar lugar a lecturas que contaminan la racionalidad y el buen sentido. Decir "una aventura" está lleno de oscuros deseos, de culpa, de pecado, de mala fe por siempre jamás. Nadie se pregunta por lo que esa aventura, llegado el caso, evita, resuelve, mejora, limpia. Hasta ahora nos hemos quedado con la parte de mentira, engaño, ofensa, mala conciencia. Pero, ¿y si eso que llamamos "una aventura" acabara reestableciendo en la pareja la alegría, el juego, la juventud, la felicidad? Lo admito: soy conservador en este asunto. Y dicho esto, ¿qué tal si vamos directamente a la cuestión? ¿Qué hacemos con los casados? ¿Qué hacemos con una pequeña o puntual infidelidad cuando ésta da lugar a la alegría o a los mejores momentos de este mundo? No, no es sencillo, ni fácil, ni noble, ni sagrado. Deberíamos seguir hablando de ello.

2 comentarios:

  1. Lo que yo no logro ver es cual es esa gran aventura que nos proponen... ¿echar un polvo?
    y, ¿es gratis?
    y, ¿adonde hay que apuntarse?

    ¡qué gran aventura del siglo XXI!

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