miércoles, 11 de mayo de 2011

naming

Dar nombre a las cosas, a las marcas, a lo que hasta ahora carecía de denominación, y por tanto no existía. En el argot marketiniano, a esa especialidad se le llama naming. Qué lujo, el dedicarse a ello. Y que maravillosa esa capacidad para poder decidir cómo han de llamarse las cosas de ahora en adelante: "a esto que va por los mares lo llamaremos "Navantia"; a esa ensalada de cajas de ahorro, sencillamente "Bankia"; a aquello tan duro y metálico, ¿por qué no llamarlo "Acerinox"?; a On Madrid vamos a llamarlo... "On Madrid";  a ese perfume tan adictivo (y un poco putón), lo llamaremos "Opium". No hace mucho que le dediqué un post a este tema: "el nombre de las cosas". Y siempre que hablo de ello recuerdo aquella frase inolvidable que describía los orígenes de Macondo: "El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo." Señalar con el dedo, sí, y a continuación decir: "magnolio", "lapislázuli", "frambuesa", "muérdago", "aire", "Babilonia". Los nombres nos llevan lejos: de Antofagasta a Bucaramanga, pasando por Guanabacoa, camino de Sebastopol. ¿Y qué decir de los nombres propios, con sus propios apellidos? Son mi debilidad. Porque, vamos a ver, ¿quién es el guapo que no cae rendido ante una joven que se llame (que realmente se llama, no invento nada, ¡ojo!) Valeria Otranto? Es más: tengo una cuñada muy querida que ostenta el muy literario nombre de Emilia Sarmiento. Cuando me enteré de que ése era su verdadero nombre, pensé (y sigo pensando) escribir un novelón decimonónico con ella de protagonista. La acción transcurre en la Lisboa de 1890. Empieza así: "Antes de abrir aquella carta, Emilia Sarmiento ya presintió que la conspiración estaba en marcha y que ella habría de enamorar secretamente al príncipe de la Iglesia, Pombal de Maristany, para conseguir los objetivos marcados a fuego por la Logia." (to be continued)

3 comentarios:

  1. El novelon promete.............

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  2. Si es que eres un hombre sabio...que sabes apreciar la belleza de los nombres.....
    no puedo esperar al to be continued....Emilia Sarmiento

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  3. Emilia mi amiga.

    Siempre me gustó el nombre de mi amiga Emilia, me resulta dulce y fuerte, cuando lo pronuncio la veo como su homónima en Cesárea de Capadocia, cuidada amorosamente por su madre Macrina.

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