lunes, 23 de mayo de 2011

dos palabras

Tras días y noches de mucha agitación, no viene mal un poco de reposo. Esas dos palabrs -agitación y reposo- presiden el salón de nuestra casa desde un cuadro de buen tamaño, todo en azules y blanco y alguna salpicadura en un color que ahora mismo no sabría nombrar. Esa tabla varía en función del momento y del ánimo de quien la observa, de quien la escucha. A veces veo en ella una sinfonía in blue, muy Malher, con sus tempos de adagio y sus ratos de allegro molto agitato; otras, me resulta la representación de un mar... que en su latitud sur aparece en calma, decantando tiempo sobre tiempo, azul sobre azul; en su norte (3/4 del cuadro) conviven tormentas y caracolas, cartas de navegación y caballitos marinos, y también sueños de sirenas con saltos locos de alegría. Es decir, una cohabitación no mal llevada entre dos corrientes alternas: las románticas brumas del Báltico y las ensoñaciones de los mares del Sur. O como diría Ángel González: "Cuando es invierno en el mar del Norte es verano en Valparaíso." Estamos pues entre dos hemisferios: Vermeer y Gauguin, vodka y ron, la espada y el arpa, Lorena y Allas. O dicho en dos gardenias: "agitación y reposo". Bertrand Russell propone un saludable equilibrio entre la excitación y el aburrimiento. A propósito dice: "Cierta cantidad de agitación es sana, pero, como casi todo, se trata de una cuestión cuantitativa. Demasiado poca puede provocar ansias morbosas; en exceso provoca agotamiento." Amén. Aunque tambien dice Russell que "al menos la mitad de los pecados de la Humanidad se cometen por miedo a aburrirse." Bueno, pues, en esas estamos: que apenas hay pecado, creo yo, que no venga del aburrimiento, y de lo que ello acarrea, y de cuanto se pudre debajo. Y ya, hoy lunes de resaca, sólo añadir aquí un comentario: Qué maravilla el nuevo disco de Morente: "Es tanta la claridad / que por tu ventana sale / que dice la vecindad / ya está la luna en la calle."

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