jueves, 11 de noviembre de 2010

un misterio llamado Singapur

Hay misterios en la vida. Mientras a mí me pasan o me dejan de pasar cosas en el día a día, este blog tiene su propio discurrir, lejos, muy lejos de mi voluntad, y tan ingobernable como el reino de los sueños. Lo que está sucediendo es algo que me inquieta y que no puedo seguir ocultando por más tiempo: este blog está siendo objeto de un seguimiento insospechadadamente alto desde... Singapur. Nada menos. Ni que decir tiene que no conozco a nadie en aquella isla-ciudad, ni en toda la zona del Sudeste Asiático. Nunca he viajado allí, ni he solicitado información, ni nada de nada. ¿Entonces? ¿Acaso alguna agencia de publicidad, radicada en Singapur, está buscando un copy europeo, a ser posible español (y vagamente en crisis), para hacerle una oferta que no podrá rechazar? Pues bien, de ser así, desde aquí les digo que mis conocimientos del idioma malayo, del tamil o del chino (ya sea este mandarín o cantonés) es más bien escaso, por así decirlo. Difícilmente nos íbamos a entender. De todos modos, quiero hacerles saber a mis seguidores en Extremo Oriente que agradezco su interés (sea cual sea el motivo), y que siempre he sido partidario de dejar una ventana abierta a los vientos más remotos, a los puertos más lejanos, a los misterios más insondables.   

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