lunes, 15 de noviembre de 2010

un conejo en la chistera

Antes o después, tenía que llegar un día como hoy; y siendo lunes parece como que pega más. Me refiero al vértigo del blog en blanco, al miedo al vacio (en latín queda mejor: horror vacui), a esta especie de agorafobia en plena estepa nevada sin un jodido árbol al que subirse uno y ponerse a salvo. Y esto tiene mucho que ver (todo que ver) con la crisis del copy a que alude el título de este blog. Pero no hay peor miedo que el miedo al miedo. Es doblemente paralizante. Lo mejor en estos casos, quizá lo único, es ahuyentar el propio miedo a grito pelado: ¡¡¡aaaaaaaaaaaah!!!  El grito no dice nada, no argumenta, no genera debate, pero es un arpón que resquebraja el hielo. Quizá por ahí, por esa grieta abierta en el blanco polar, podamos introducirnos como pequeños conejos y huir así del lobo estepario que venía siguiéndonos los pasos, olisqueando el rastro que deja el miedo. Moraleja: en días de frío como este hay que saber lanzar el grito y convertirse en conejo blanco. Cambiando de registro. Siempre recuerdo a la dueña del burdel en aquella película de Louis Malle. Era un día de lluvia y tedio en el que no había clientela y las chicas se aburrían con desgana. Fue entonces cuando dijo la madam: "en tardes así, solo se puede hacer dos cosas; y yo detesto jugar a las cartas."

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