jueves, 18 de noviembre de 2010

¡qué arte tienen!

Hoy va la cosa de homenajes y quizá un poco de demagogia. Digo que los mejores copies del mundo no están en las agencias ni en los departamentos de marketing o comunicación. Al contrario, son tipos anónimos que nada tienen que ver con la profesión publicitaria. De pronto llega un tendero, que tiene una nave llena de sofás en un polígono cercano a Arganda del Rey, y escribe con un rotulador: "¡No nos cansamos de vender barato!"  Bueno, y qué decir del legendario aviso por megafonía: "Estación en curva; tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén." ¿Cuántas veces habrá sonado esta frase en los vagones del Metro de Madrid? ¿Cuantos viajeros la habrán escuchado? ¿Cuántos pies se habrán librado gracias a ella de introducirse entre coche y andén? ¿Cuánto dinero se ha ahorrado el Estado en hospitales, traumatólogos y fisioterapeutas? La rentabilidad de esas palabras es incalculable. Si hubiera justicia en el mundo y derechos de copy, su anónimo autor debería haber ganado una fortuna fabulosa. Claro que, cuánto valen las cuatro palabras escritas en una pancarta, al paso de los Campeones del Mundo por la Gran Vía: "Iker: Sara somos todas". Mañana contaré aquí las que para mí son las joyas más preciadas de la corona. Su autor: un artista agitanado, flamenco, torero, jugador, mujeriego y... de Valladolid.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario