miércoles, 24 de noviembre de 2010

un buen lorem ipsum

En este diario, como en la vida misma, hay días volcán y días ceniza, días de mucho y vísperas de nada. Frente al desbordamiento verbal del "me anuncio por palabras" de ayer, hoy es uno de esos días con tenendencia al lorem ipsum. Se valora en estos casos la música más que la letra, y siguiendo por ahí descubrimos ese maravilloso refugio que es la poética del silencio. El silencio es un jardín japonés, es lo que queda después de habernos despojado de toda la hojarasca, lo superfluo, lo accesorio: la pura desnudez. Pero es cierto que puede resultar tan estruendoso que necesitamos maquillarlo con un oportuno lorem ipsum que no diga nada, pero que que lo diga muy bien, o al menos que haga bulto para que el blanco de escritura no resulte deslumbrante, ensordecedor. Es hablar por no callar, tararear una musiquilla para romper el hielo de ese  (a veces) insoportable viaje al interior de algo que no sabemos bien qué es. De todos modos, una cosa es cierta: hay momentos en que un buen lorem ipsum vale más más que mil palabras. Y ahora, sí, me sumerjo en mi silencio y doy la callada por respuesta. 

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