viernes, 1 de octubre de 2010

Respetarás los viernes

No hay quinto malo, dicen, y menos siendo viernes, añado yo. Los viernes tienen otra luz, el aire es más ligero y desde primera hora todo parece respirar un optimismo contagioso. Aunque alguna vez da la impresión de que algún dios menor conspirara para desmentirlo. Debería existir una ley no escrita, un pacto de caballeros (o de damas y caballeros) para respetar los viernes y preservarlos de cuanto no vaya en la buena dirección. Algo así como lo que ocurre  en los conflictos durante la Nochebuena: se respeta una tregua no declarada.
Hoy, como toda la semana, ha sido un día de paz y buenos sentimientos. Y además, se ha despedido un compañero, Joaquín, y se han entregado dos regalos de cumpleaños. El mío es de esos que nunca fallan: tres botellas de vino -joder, qué fama- acompañadas de seis bonitas copas. Y a ello hay que añadir, a la salida, algo más de media hora de buena compañía, rica conversación y un poco de jamoncito para no perder la costumbre. En fin, cosas que crean adicción. El lunes será otro día. 

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