viernes, 9 de diciembre de 2011

uno de esos días

Hoy es uno de esos días más bien raros en que uno está pero no está, o peor aún: está pese a que no debería estar. Para confundir un poco más las cosas: estoy aquí cuando debería estar allí, y eso me lleva a una suerte de malestar en cualquier parte: aquí, fatal; allí, peor. Quizá la carretera con niebla sea el único lugar donde no se esté mal del todo: en tierra sin nombre, en esas dos horas y media o tres donde parace posible lo improbable, incluso desaparecer y no estar en ningún sitio durante algún tiempo, y no dejar registro ni huella ni sombra de nuestras andanzas, incluso de nuestra existencia. Es sabido que Aghata Christie estuvo 'desaparecida' durante un tiempo (concretamnete desde el el 3 de diciembre de 1926 hasta... tres semanas después en que reapareció en el spa del hotel Hydropathic, en Harrowgate.) Cuentan las crónicas periodísticas y las pesquisas de Scotland Yard que cuando su esposo, el coronel Archibald Christie, acudió a identificarla, ella alegó una especie de amnesia sobrevenida, la cual le impedía saber cómo, cuándo y por qué había llegado al mencionado hotel. Hmmmm... tres semanas. Previamente, su coche había aparecido abandonado a orillas de un lago en Newland´s Corner, en Surrey, Inglaterra, lo cual dio lugar a múltiples especulaciones. Hoy es uno de esos días en que daría cualquier cosa por dejar mi coche abandonado junto a un aeródromo, y allí subirme a una avioneta, un hidroavión sin papeles ni testigos, que me dejara a orillas de un lago, en Surrey, donde, al poner el pie en tierra, daría comienzo una novela policiaca. Había un hotel aislado por la nieve en La Ratonera...

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