lunes, 11 de julio de 2011

pura modernidad

Siempre me ha gustado la publicidad en los cines. Durante muchos años, un amigo muy cinéfilo y yo (el mismo que comparaba este blog con una película de Roger Corman de la que he hablado aquí hace pocos días), íbamos al cine una o dos veces por semana, y siempre llegábamos con suficiente antelación para no perdernos el bloque de anuncios dedicados a esos restaurantes, mesones y asadores que mostraban con verdadero regodeo cabezas de cochinillo, corderos churros colgados de un gancho, morcillas crudas, piezas de solomillo, rabos de toro, bodegones tremendos a base de sesos, callos, oreja, morro, zarajos, asadura encebollada, chuchurro, entresijos, menudillos..., en fin, una enormidad carnal y concupiscente de casquería fina que el realizador nos pasaba por los ojos como invitándonos a asistir al último banquete antes de entrar en cuaresma. Eran unos anuncios increíbles. Con una iluminación de lo más cruda y postmoderna, un uso y abuso del zoom como no se había conocido ni en los mejores spaghetti western rodados en Almería, con una voz en off (siempre la misma voz, el mismo tono, el mismo ritmo inquebrantable) en la que se percibían las muchas horas de vuelo en tómbolas de feria y altavoces de furgoneta, pero ya con un punto melifluo e insinuante bien aprendido que prometía (sin comrprometerse) delicias casi lujuriosas: "Bodas, bautizos, comuniones, celebraciones familiares..." "El ambiente más selecto y acogedor..." "La cocina tradicional más sabrosa..." "La raciones más abundantes y al mejor precio en..." "¡Mesón Los Abroñigales! Carretera de Extremadura kilómetro 29, junto a gasolinera." "¡Los Abroñigales! Especialidad en caza y cochinillo asado." "Haga ya sus reservas llamando al xx xxxxxxxxx. ¡No le defraudaremos!" Y claro, todo esto era inseparable de una caligrafía visual que a día de hoy, 25 años despues, resultaría lo más de lo más en la Bienal de Venecia, o en alguna muestra de vanguardias y ferocidades artísticas en... en las salas de El Matadero, por ejemplo. Hay que revisitar esos anuncios, esa estética, esa fonética... ¡Y no digamos ya esas cabezas de jabalí y esas manitas de cerdo! Pura modernidad.

1 comentario:

  1. JO, pero por qué no hay blog del martes ? Da pena, esa lectura es muy agradable, es la justa como los relatos que hay en el metro se me ocurre ahora, ah eso así te quedas con ganas de leer más.....espero que miércoles blog aparezca en "dario de un copy en crisis " habrá mucha gente que lo necesitará, has hecho crear adicción, y además con tantos rescates y esa prima de riesgo tan alta, es imprescindible tiene que haber !

    ResponderEliminar