miércoles, 6 de julio de 2011

la maleta

En el post del lunes 13 de junio, titulado el peliculón, habíamos visto de pasada a Hemingway charlando con el fotorreportero Robert Capa en el bar del Hotel Florida, en la Gran Vía madrileña, a finales del verano del 36. Robet Capa es el "nombre de guerra" de Ernö Friedmann, nacido en Budapest, 1913, en el seno de una familia judía acomodada. Pero eso ya es lo de menos. Su trepidante vida es otro peliculón por hacer. Podría titularse El hombre que vivía peligrosamente o algo así. He leído que se va a presentar un documental sobre la peripecia vivida por la célebre 'maleta mexicna'. En pocas palabras: 4.500 negativos inéditos de la guerra de España, pertenecientes a Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour, salen en una maleta desde París ante la inmenente entrada del ejército alemán. Antes de llegar a su destino -México- se pierde la pista de esa valija. Durante décadas, se encuentra en paradero desconocido. Surgen, cómo no, todo tipo de teorías y especulaciones. Pero hay quienes, con mucha perseverancia, no la dan por perdida. Más aún, creen saber dónde puede estar el tesoro. En 2007, tras intensos meses de viajes, contactos, gestiones, negociaciones... al fin, 'la maleta mexicana'  es presentada con todos los honores en el International Center of Photography de Nueva York. Desconozco la estructura de ese documental que se va a estrenar en el Festival de Karlovy Vary, pero "la película" podría empezar con esa presentación en el ICP de Nueva York. Y a partir de ahí, la reconstrucción en flashback de un mundo que fue. O que pudo ser. Con sus pasiones, sus intrigas, sus amores (Robert y Gerda, ¡qué maravillosa pareja!), sus tragedias, su romanticismo, sus sueños, sus derrotas... Pero con esas 4.500 fotos resistentes, 4.500 balas disparadas contra el olvido por Robert, Gerda y David cuando eran jóvenes y bellos, y eligieron vivir peligrosamente. Alguien debería atreverse con esa película. O al menos hacer directamente el tráiler. Aunque, por el momento, no hubiese nada más detrás. Pero serían tres minutos de cine nacidos para la gloria.

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