jueves, 13 de diciembre de 2012

a sabiendas de que no tienen razón

Bien. No pasó nada ayer, o al menos nada grave o estrepitoso, que se sepa. Los más prudentes prefieren poner la fecha en cuarentena y esperar a ver qué pasa, pero yo no soy prudente y doy la fecha por vencida. Se me amontonan los periódicos, las canciones escuchadas, las frases o los versos que anoto en los papeles que tengo más a mano. Leo: "Los banqueros actúan como el crimen organizado, pero con licencia", palabra del cineasta mexicano Guillermo del Toro. Dos señoras de la limpieza conversan en una viñeta de El Roto; dice una: "Estoy pensando en robar un banco." La otra le responde: "Es inútil, eso ya lo habrá hecho el propio banquero." Leo en la sección semanal Sillón de orejas de Manuel Rodriguez Rivero, en Babelia: "...no me extrañaría que, de seguir así las cosas, a algún parado, defraudado, humillado, desahuciado o empobrecido se le escape cualquier día un tomate maduro dirigido a (...) Claro que, de seguir apretando las clavijas al respetable, el espontáneo tomatazo ocasional podría convertirse en una generalizada tomatina que dejaría la de Buñol en divertimento versallesco." Leo un verso antiguo de Juan Gelman: "Esa mujer se parecía a la palabra nunca." Recuerdo una canción muy conocida que empieza diciendo: "Se llamaba Alain Delon / el viajero que quiso enseñarme a besar / en la Gare de Austerlitz."  O escucho después de tantos años La Risa, de Neruda, en mi mala memoria: "No me quites la rosa, / la lanza que desgranas, / el agua que de pronto / estalla en tu alegría", cantaban Olga Manzano y Manuel Picón, cuando entonces. Leo una frase subrayada y anotada un mes atrás, como mínimo: "Hay un vicio en España alimentado por los partidos políticos que hace imposible casi cualquier debate." Y bien, ¿qué vicio es ése? Quizá el peor de todos: "defender a los tuyos aun a sabiendas de que no tienen razón." Quien lo suscribe es esa mujer inteligente y divertida llamada Elvira Lindo; quizá yo exagere, pero me parece lo más lúcido de cuanto he leído de un tiempo a esta parte. Sigo leyendo recortes, ahora de la última columna del maestro Vicent: "Aquella rebelión -dice- inauguró una forma de vivir, de amar, de crear, de morir. Tal vez el 15 M es nuestro mayo del 68, el que fermenta las uvas de la ira española."

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